Situada a poco más de 70 kilómetros de la ciudad de Los Angeles, o lo que es lo mismo, una hora exacta en coche, la historia de este complejo invernal es poco más que curioso. El primer remonte se colocó en 1939, cuando Lynn Newcomb y sus hijos montaron una cuerda accionada por el motor de un viejo Ford y bautizaron el lugar como Waterman Ski Hill. Lo hicieron en honor a Liz Waterman, la primera mujer blanca no indígena que cruzó las montañas de San Gabriel. Cuando llegó a lo más alto, plantó un mojón con su nombre y desde entonces la cima se conoció como Lady Waterman´s Peak.
Con ese telecuerda estuvieron funcionando hasta que el 1 de enero de 1941 inauguraron su primera telesilla. Aquel día tuvieron que darse cuenta que los designios de Waterman no iban a ser los mejores, ya que el remonte se estropeó y los esquiadores tuvieron que saltar. Pero lejos de amilanarse, continuaron trabajando mientras iban resolviendo los problemas.
Lyn Newcomb Jr. se hizo cargo de la estación cuando falleció su padre y apenas hizo cambio en las instalaciones, hasta que en la temporada 1968-1969 montaron un segundo telesilla de pinza fija que se abrió bajo una espectacular nevada. En 1972 cambiaron el primer telesilla inidividual por uno doble de pinza fija y en 1981 se añadió el #3. Ya entrando en los '90 Newcomb vendió Mt. Waterman a dos hombres de negocios que con pocos conocimientos del sector, acabaron vendiéndola de nuevo a otra empresa que apenas logró ponerla en marcha durante unos años. De hecho desde 2001 a 2008 no se abrió un solo día, principalmente por problemas administrativos.
En verano de 2006 fue vendida de nuevo, al actual propietario Rick Metrcalf. Esta vez sí se trataba de alguien que conocía el sector, amante del esquí y oriundo incluso de las montañas de San Gabriel. Su primer objetivo fue ponerse el día con el papeleo administrativo antes de que expirasen los permisos del Servicio Forestal de los Estados Unidos. Acabó enrolando a un grupo de amigos y empresarios también fanáticos del esquí, y juntos pudieron volver a poner en marcha ya con el nombre de Mt. Waterman, al menos cuando hubiese nieve.
El 16 de febrero de 2008, los remontes de Mt. Waterman comenzaban a girar de nuevo. Aquel día acudieron más de 200 personas, además de canales de televisión de Los Angeles y otros medios de comunicación. También acudio Lynn Newcomb Jr. quien no quiso perderse volver a ver funcionar la estación que fundó su padre.
La siguiente temporada se pudo abrir en diciembre y siguió hasta bien entrado el mes de marzo con algunas interrupciones por falta de nieve. Y desde entonces esa ha sido su tónica. Abrir cuando podían. En los últimos años ha sido realmente complicado después de un ciclo de cinco años de sequía extrema que se registró en California hasta hace tres años, y luego los incendios que asolaron las montañas de San Gabriel. Las instalaciones de Mt. Waterman se salvaron por fortuna y el buen hacer de los bomberos.
Si la estación de esquí se mantiene abierta es porque este grupo de propietarios no esperan beneficio alguno de ella. La abren por puro amor al esquí, y los años en que no se ha podido han ido haciendo el mantenimiento de los remontes. Cuando se pone en marcha, ellos mismos venden los forfaits o a ayudan en los remontes. Evidentemente no hay alquiler de material, pero en lo alto de la montaña tienen un refugio con servicio de bar y comida caliente. Sí ofrecen clases de esquí y snowboard.
En los últimos años están tratando de diversificar el negocio, ofrciendo actividades de mountain-bike, sensderismo y disco-golf. No obstante la competencia aquí es altísima, no solo de otras estaciones de esquí que quieren desestacionalizarse, sino de otras empresas con instalaciones que no son de complejos invernales.
