"En el complejo (invernal), a veces hay más polvo en las mesas que bajo los esquís". Son palabras del ex fiscal de la República en Albertville en su acusación por un accidente automovilístico ocurrido en la carretera de Courchevel el 7 de enero de 2017. Ese día, a primera hora de la mañana, un automóvil chocó contra un camión de la basura. Al volante iba el chef Olivier Biles, ex Fouquet's, que iba a echar una mano durante la temporada en la cocinas de un hotel de cinco estrellas en Courchevel, uno de los centros turísticos más elegantes del valle de Tarentaise en Saboya. El conductor muere al instante, su acompañante queda gravemente herido. A los dos se les detecta cocaína en la sangre, según confirma Eric Caremelle, Mayor del escuadrón de búsqueda de la gendarmería de Albertville al diario Libération, que hace dos semanas pubiacaba un extenso reportaje de 4 páginas sobre el problema.
Ese mismo invierno, sus hombres interceptan la entrega en Courchevel de 100 gramos de cocaína. La captura es escasa, pero al tirar de la cadena desmantelan una red que ha logrado vender un kilogramo en pocos meses. En Val Thorens encuentran seis vendedores de marihuana y diez comerciantes que los gendarmes arrestan en la misma temporada, mientras que desde diciembre a abril proceden a realizar 118 arrestos por consumo de resina de hachís o hierba. En Tignes, en 2016, hacen una incautación récord: 3 150 pastillas de éxtasis, 4 kilos de hachís y 350 gramos de cocaína. En el origen del tráfico está un ciudadano inglés que ya estaba buscado por la Interpol por delitos similares en su país.
No obstante la mayoría del 'comercio' proviene de los Países Bajos y España. Por eso el servicio de Aduana de la Gendarmerie, hace controles. En Saboya y Alta Saboya se centran en las principales autopistas, los pasos fronterizos como los túneles Fréjus y Mont-Blanc. Una zona de tránsito en la que se incautaron 475 kg de estupefacientes en 2015-2016, incluidos 440 kg de cannabis, 22,5 kg de cocaína y 16,000 pastillas de éxtasis. La mayoría de los convoyes interceptados llegan desde Holanda y España y apuntan a los mercados suizo e italiano.
Pero estos golpes siguen siendo anecdóticos porque la mayoría del consumo y el narcotráfico a gran altura escapan a la justicia. Jacques Dallest, fiscal general de la Corte de Apelaciones de Grenoble y conocedor de los procedimientos legales en las áreas de montaña, reconoce que
Además las investigaciones tienen que ir rápido. Una temporada es de cuatro meses y medio. La información nunca la tienen de inmediato. La comisaría de Albertville cuenta con 143 gendarmes, pero en invierno recibe un refuerzo de cien hombres más, y distribuye su fuerza de trabajo en las ocho estaciones abiertas en el Tarentaise.
El target del consumidor se reparte principalmente en dos: los turistas y los trabajadores temporales. Los primeros porque quieren disfrutar la nieve y hacen la compra. Los segundos porque quieren conectar su trabajo en pistas de esqui con las de baile, y además quieren ir a esquiar en sus días libres. Es a ellos a quienes se les da prioridad en las acciones de prevención llevadas a cabo por la asociación Le Pèlican, una asociación que ayuda a la desintoxicación de personas con problemas con las drogas y el alcohol, y que se ha desplegado en las ocho estaciones del Tarentaise, además de acudir a albergues, zonas de pistas, y en ocasiones a lugares de trabajo cuando los empleadores lo exigen,
Y es que en Val Thorens y Tignes las detenciones por consumo y tráfico de drogas siguen siendo muy altas, por lo que se ha bautizado como "Val Thox". Tignes ha cambiado su hashtag #Tignaddict por el de #Tigneslovers dados los memes que estaba sufriendo. Esta estación lanzó la temporada pasada una campaña para los asiduos a la fiesta en el que se ha implicado operadores turísticos extranjeros. Se advierte sobre el consumo de narcóticos, el abuso del alcohol y los riesgos sexuales.
En Val Thorens, en lugar de carteles, hay "embajadores del respeto". Cada noche 14 personas se cuelan entre los noctámbulos más afectados para acompañarlos a sus alojamientos. Desde 2016 hay un centro médico abierto las 24 horas del día, el Igloo. El municipio y la estación financian el programa con 390,000 euros por temporada. La inversión sal erentable, ya que en dos años, el número de evacuaciones al Hospital Albertville ha pasado de 119 a tan solo 21 liberando recursos para otros pacientes.
Respecto a la procedencia de las drogas, algunos medios apuntan a Holanda como principal suministrador, así como España como puerta de entrada a Europa.