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En 2001 Juan Carlos Fresnadillo lanzaba su primera película como director: "Intacto". La película trata de un grupo de personas adictas a todo tipo de apuestas. En una de las escenas se puede ver a varias personas con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda a correr a toda velocidad por un bosque. Las tortas eran tan tremendas que los participantes casi morían en el acto al darse contra los árboles que lógicamente no veían. La apuesta era cuanta gente lograba pasar hasta el otro lado de la arboleda.
Jay DeBaggis es un esquiador americano. Uno de esos ski-bums que tanto nos encanta a los europeos, que ha hecho algo parecido a lo que se veía en "Intacto". Este tipo se ha lanzado a más de 100 km/h por una pista de esquí con los brazos atados con una especie de camisa de fuerza. Cualquier resbalón o caída a esa velocidad tendría unas altas posibilidades de ser mortal. De hecho Breckenridge, la primera estación donde propuso la idea, rechazó organizar algo así por la peligrosidad. Finalmente Arapahoe Basin recogió el testigo.
La historia de Jay DeBaggis comienza en 2014, cuando tuvo la loca idea de esquiar en Breckenridge con una camisa de fuerza. ¿El objetivo? recaudar fondos para actos benéficos. Claro que primero necesitaba la famosa prenda, pero resulta que ya nadie las fabrica, excepto esas que se hacen para los magos que tienen unas características ligeramente distintas. Así que le dijo a un amigo costurero que le cosiera los brazos de una capa que se pone encima de la chaqueta de esquí. En una de las mangas se puede leer "balance" (equilibrio).
El atuendo lo usa una vez por temporada ya que para usarlo necesita de la ayuda de un par de amigos para colocárselo y esquiar con él, así como ayudarle a subirse a la silla ya que no tiene las manos para impulsarse en plano. De esta manera ha consguido recaudar fondos para el programa Mountain Menors en el que unos 120 adultos voluntarios ayudan a menores de entre 8 y 18 años a superar los obstáculos que le haya puesto la vida.
DeBaggis comenzó como mentor con este grupo en 2014 llevándolos a esquiar y a descubrir el amor por la nieve. Él mismo esquía unos 100 días por temporada, aunque eso sí, desde hace 3 años siempre sin bastones. De esta manera durante todo el invierno entrena su equilibrio sobre los esquís para que llegado el momento al ponerse su 'camisa de fuerza' pueda seguir esquiando sin brazos sin caerse.
En tres años ha recaudado 18.000 dólares con su camisa de fuerza
Su primer reto fue en 2014. Acababa de conocer a Mathew a quien hacía de mentor, y quería demostrarle que se podían superar situaciones en cualquier circunstancia. Él tenìa que hacerlo esquiando sin la ayuda de sus brazos y superarlo. Como local de Breckenridge, hizo 10 bajadas durante una hora tomando el telesilla Imperial Express de la estación de Colorado (Usa). Recaudó 3.000 dólares.
En su segundo resto quiso esquiar lo máximo posible con su camisa de fuerza. Así que también en Breckenridge, esquió por el Imperial Bowl y el Horseshoe Bowl para después tomar vía por Whale's Tail y finalmente atreverse a pasar incluso por el Peak 8 superpipe. Recaudó 5.000 dólares.
Pero que un tipo vaya esquiando por ahí con una camisa de fuerza, a riesgo de que un mal resbalón lo empotre sin remedio contra una pilona, un arbol o lo lance fuera de la pista por un barranco, no acabó de gustar a Breckenridge que no quería sumar un muerto a su corta lista de graves accidentes. Así que declinó la oferta, por lo que DeBaggis se fue a Arapahoe Basin donde aceptaron gustosos la propuesta. Esquió por todos lados, incluido el Moctezuma Bowl y logró la mayor recaudación hasta el momento: 10.000 dólares.
Este año DeBaggis optó por algo nuevo y atrevido. Así es como llegó la idea de lograr un récord mundial de velocidad esquiando con camisa de fuerza. Pero no ha sido fácil. Se puso en contacto con el Libro Guinness de los Récords hace casi cinco meses para que le indicaran los pasos a seguir para registrar su marca, pero no ha sabido nada de ellos. Así que este lunes 3 de Abril decidió que era su momento. Con la ayuda de varios voluntarios y la estación, dispusieron de una pista y grabaron todo el acontecimiento con la esperanza de que los del Guinness lo dieran por válido.
Es un registro que no existe y posiblemente no vaya a existir nunca más, a no se que DeBaggis decida volver a superarlo. Así que cualquier velocidad ya es válida. No obstante se marcó el objetivo de superar las 60 millas/h, que son casi 100km/h nada menos, y lo logró: llegó a las 64 mph (102km/h).
Este año además era muy necesario. Quiere llamar la atención de los medios, porque faltan voluntarios. Actualmente tienen una lista de espera de 50 niños y jóvenes, y apenas cuentan con 25 adultos. Para apoyar la iniciativa, Arapahoe Basin montó una fiesta al acabar la prueba, llamada 'Beagles, Bagels and Beers'. Y es que uno de sus perros Beagle, cumplía años precisamente ese domingo.
Ahora faltará ver cuanto recaudará. Las donaciones son voluntarias. Ver como DeBaggis trataba de superar las 60 millas era voluntario. Luego la gente en su casa envia dinero a la fundación. Y de esta manera ha logrado que se donen 18.000 dólares en tres años, más lo que se sume en este 2017.
"Mi padre me dijo: 'Hijo, haz o se cualquier cosa que quieras hacer'. Un año más más tarde le dije: 'Quiero ser un ski -bum ' y me respondió, 'Sé el maldito mejor ski-bum que puedas ser'".
