Tan solo un año después de la fundación de la empresa, ya colocaba sus primeros 10 telesillas biplazas y un par de telesquís en algunas estaciones de California. Pero su verdadera explosión llegó a principios de los '70, cuando colocó varios remontes en Sun Valley. Kunczynski se había casado poco antes con la hija del fundador de la mítica estación, y se le abrieron las puertas de par en par. Y a partir de ahí vino todo rodado. Viendo que Sun Valley confiaba en Yan Lift, Whistler decidió comprarle varios telesillas, igual que varios complejos invernales de Norteamérica.
Sus remontes eran fácilmente identificables porque la estación de salida del telesilla tenía una forma de trípode. A los 15 años del nacimiento de la empresa, ya era la más importante de su segmento en Norteamérica. Un crecimiento fulgurante como no se había visto nunca en el sector de los remontes. En 1986 desarrolló su primer telesilla desembragable. Lo que en Europa supuso cuatro años de investigaciones, él lo solucionó en apenas doce meses.
Su expansión por el mundo lo hace a través de acuerdos con empresas nacionales, aunque tampoco llegó a vender muchos remontes fuera de su país. Tanto Poma como Garaventa o Doppelmayr ya controlaban gran parte del pastel de nuestro continente. Aún así logró vender un buen puñado de aparatos en Francia gracias al acuerdo con Mécalift, empresa absorbida en 1981 por Skirail.
Y así llegamos a nuestro país. Aquí, y en todos los Pirineos, solo se instaló uno: La Roca, en Espot. Lo colocó REAC (Representaciones Y Elementos Auxiliares de la Construcción SA) en el año olímpico de 1992. Esta empresa catalana nacida en 1972, era la líder en nuestro país en la colocación de remontes, fabricados todos ellos con la licencia y tecnología de la francesa Montaz Matuino.
El entonces propietario de Espot quería un telesilla desembragable, pero Montaz Matuino no fabricaba ese tipo de remonte por lo que REAC se decidió por el de Yan Lifts, que sí los hacía desde 1986, aunque ya con un diseño que olvidaba la forma de trípode en su estación de salida, que era sustituido por una carcasa en aquel momento de diseño futurista.
Mientras tanto la Yan Lift Engineering comenzaba a tener graves problemas en su país. Janek Kunczynski en un intento de abaratar precios, sustituyó algunos elementos en las poleas que resultaron ser terribles en condiciones de montaña. La nieve, las bajas temperaturas y los vientos, hacía quebrar no solo elementos de rodadura, sino incluso torretas de sujeción. En un año sufrieron cinco accidentes con varios muertos entre ellos en Keystone y Whistler, motivo por el cual, se pasó a la sustitución de las piezas con la ayuda de 'Poma of America' y 'Doppelmayr-CTEC'. Pero ni así se detuvo la sangría de accidentes, por lo que finalmente se tomó la decisión de sustituir todos los remontes. Esto llevó a la casi quiebra de algunos complejos invernales como Schweitzer Mountain, que no podía hacer frente a un gasto tan desmesurado en poco tiempo.
Las denuncias, los pagos por indemnización, y la lógica frenada en las ventas, llevó a la quiebra a Yan Lifts en 1997.
Si en Estados Unidos se sustituyeron casi inmediatamente todos los remontes, en Francia se tardó algo más, ya que las empresas montadoras supieron solucionar los problemas y no se tuvo que lamentar accidente alguno. Hoy en día no obstante no queda ninguno montado.
Actualmente quedan dos telesillas Yan. Uno está en Irán, del que solo quedan los hierros y no se sabe si llegó a funcionar algún día. El otro es el de Espot, que mantiene todas las piezas originales ya que éstas eran ya más modernas. REAC como hacía con todas los remontes que montaba, le puso las sillas con su logo, el cual podemos seguir viendo actualmente. Hoy si subimos a ese remonte veremos la marca del fabricante catalán, pero el resto de la instalación, así como el motor, sigue siendo Yan. De esta manera podemos decir que Espot Esquí tiene el último Yan en funcionamiento que queda... en el mundo!
De momento no hay planes para cambiarlo, pero tampoco es un remonte que sufra excesivas colas, a excepción de algún día puntual, pero siempre esperas muy cortas.