Así, a diferencia de China, otro de los países con una explosión de esta industria, en Rusia no se trata de estaciones pequeñas impulsadas por empresarios locales, sino que se están construyendo grandes complejos invernales con toda una enorme infraestructura hotelera detrás, e impulsado por el Gobierno asociados a grandes conglomerados empresariales, la mayoría del sector energético.
La crisis rusa y la depreciación del Rublo, está ayudando además a que los rusos se quieran quedar en casa para rebajar su gasto, aunque la mayoría quiere seguir disfrutando del confort que encontraba en los Alpes suizos o franceses.
Fruto de esa filosofía vimos aparecer las estaciones alrededor de Sochi, con Rosa Khutor a la cabeza. Sus pistas albergaron a la mayoría de disciplinas de nieve de los Juegos Olímpicos de 2014. Si al año siguiente las expectativas de ocupación no fueron las esperadas, este pasado invierno las instalaciones se quedaron pequeñas ante la avalancha de rusos que pasaron sus vacaciones en casa. Ya hay una inversión multimillonaria aprobada por el Gobierno ruso para ampliar pistas, colocar más remontes y crear más camas hoteleras.
Pero si hay una zona en Rusia famosa por su excelente nieve, esta es la de Siberia. En concreto la península de Kamchatka. Llegar hasta allí siempre ha sido lento en el tiempo, pero el salto en las comunicaciones, la mejora de aeropuertos y otras infraestructuras está permitiendo mover turistas hasta allí de manera más ágil, especialmente los que llegan por el este del país.
Ahora un grupo de empresarios ha aprobado un proyecto para crear allí lo que no han dudado en bautizar como Sochi 2. Y es que la mentalidad de los impulsores de las nuevas estaciones ya no está en fijarse en lo que se ha hecho tradicionalmente en los Alpes, sino lo que está funcionado en propio suelo ruso.
Aproximadamente la mitad de los nuevos proyectos se basan en la modernización de complejos invernales ya existentes. Si en el Cáucaso se están creando de la nada, en la Rusia europea o la lejana SIberia, se está trabajando sobre instalaciones actuales, aunque el resultado final poco tenga que ver con lo que había en su origen
Es el caso de Sheregesh, una modesta instalación de Kamchatka, famosa por su nieve powder hasta donde se dejaba caer algún extranjero de vez en cuando. Pero la afición local por el esquí allí es muy alta. De hecho la estación suele ser centro de miradas todos los años hacia el mes de Abril, ya que en su pista principal se hace la tradicional bajada en bañador. Una multitudinaria reunión que en su última edición batió su récord con más de 1.000 participantes.
Siguiendo la estela de los nuevos complejos, se va a modernizar de arriba a abajo creando hoteles de alta calidad. Un modelo que es muy habitual en las grandes estaciones de Estados Unidos y que es muy rentable, y que los rusos no han querido dejar escapar.
En una primera fase se van a gastar 131 millones en los 120 lotes de tierras que el Gobierno ha liberado para el desarrollo exclusivamente de servicios asociados al esquí. Se calcula que se tardará seis años en finalizar el proyecto, tras el cual los esquiadores podrán disfrutar de más pistas, nuevos remontes y mejores hoteles. Estando actualmente a unas 8 horas desde Moscú, el potencial está en atraer esquiadores de aquella parte del país, así como asiáticos y de Oceanía.
