Sin embargo, las nuevas actuaciones permitirían, según el Principado, duplicar la capacidad de transporte de esquiadores en los remontes y reducir a la mitad el tiempo de viaje. El director general de Deporte, José Ramón Tuero, presentó ayer el plan a la Federación de Deportes de Invierno, a los concesionarios y a los esquiadores de la estación.
En el documento se recogen tres actuaciones. La principal se basa en que, en lugar de construir un nuevo telesilla desembragable, se adaptaría el actual remonte del Brañillín para reconvertirlo a ese sistema. "La tecnología lo permite", señalaron fuentes de la administración. Esta actuación requeriría la sustitución de las estaciones de salida y llegada, el cable y las sillas, entre otros dispositivos. Permitiría, eso sí, conservar las pilones y aprovechar las canalizaciones actuales. El resultado daría un telesilla desembragable de cuatro o seis plazas, que permitiría duplicar la velocidad de transporte -de 2,4 a 5 metros por segundo-, reduciendo a poco más de seis minutos el viaje desde la base a la zona alta de Pajares. Además, se construiría un hangar para guardar cada jornada las nuevas sillas y reducir a su vez los problemas en los manguitos a la hora de arrancar.
El proyecto al completo tendría un coste que oscilaría entre los cuatro y los cuatro millones y medio de euros; muy lejos de los más de siete millones que costaría comprar un telesilla nuevo. Además, con este sistema, se lograría mejorar con creces la capacidad de transporte de esquiadores de la base a la cima de la estación.
Actualmente, entre el Brañillín y el telesilla de Cueto Negro, que cerrará para la próxima campaña, Pajares tiene una capacidad de movimiento de 1.680 personas a la hora. Con la nueva silla, "pionera en la Cordillera Cantábrica al salvar un desnivel de 400 metros en apenas seis minutos", se espera llegar a unos 3.800 usuarios a la hora, más del doble.
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