Allí un instructor de esquí, antiguo corredor olímpico, se fijó en él y le enseñó la técnica. Tan solo 3 años después tenía el Nivel 3 de la Professional Ski Instructors of America (PSIA) el máximo que se puede otorgar. Esto le permitió entrar a trabajar en la escuela, hasta que en 1960 tuvo que coger las maletas e irse a trabajar como ingeniero a la ciudad de Nueva York, en un empleo que le diera más estabilidad.
Pero tenía el esquí metido en la cabeza. Hasta tal punto que cada fin de semana agarraba sus esquís y se iba hasta el norte del estado donde daba clases los fines de semana. Por aquel entonces estaba casado y tenía dos hijos adoptados y le propuso a su mujer trasladarse a Nueva Jersey para poder estar más cerca de las pistas, a lo que ella dijo que no, que la nieve no le gustaba, "me separé. No podía estar casado con alguien a quien no le gusta el esquí!" bromea Mock.
Y así es como nuestro veterano profesor se traslada hasta una población cercana a Mountain Creek Ski Area, donde pide trabajo como profesor. Según cuentan desde la misma estación, no es frecuente que por allí se les presente un Nivel 3 para trabajar, así que lo contrataron inmediatamente.
Allí sigue hoy en día con su Nivel 3. Según la PSIA hay 4 categorías de instructores de esquí y la 3 es la más alta que se puede conseguir. Para conseguirla, cada año el esquiador debe demostrar una excelente capacidad de deslizamiento sobre el terreno y en unas condiciones de nieve muy difíciles. Esta persona debe tener además un mayor conocimiento que cualquier otro nivel. Con el fin de mantener este grado, se debe hacer 12 horas de formación continua especializada cada dos años.
Actualmente Mock está casado con una 'jovencita' 21 años menor que él. La conoció en 1972 cuando ella se apuntó a unas clases de esquí. Siguen juntos desde entonces. Cumplía los requisitos: le gusta el esquí. Juntos tienen dos niños, pero Mock debía hacerse cargo también de los otros dos que tenía con su anterior esposa,