Las asociaciones de empresarios de Benasque, así como la estación de Astún, ya han mostrado su desacuerdo con este impuesto, y han advertido que para recuperar ese dinero habría que subir el precio del forfait, con el perjuicio que puede ocasionar esto a la economía de las montañas al perder competitividad frente a otros destinos.
La última asociación en mostrar su rechazo ha sido la de la Jacetania, que ha enviado un escrito mostrando su desacuerdo:
Este impuesto reduciría la competitividad de las empresas, ya que como bien sabemos por la anterior etapa de imposición de este impuesto, el mercado no admite que se puede repercutir al cliente y para no perder esquiadores termina pagándolo la empresa.
La situación actual de las empresas no permite que se pague este impuesto. No es necesario profundizar mucho más en este aspecto, ya que es de dominio público, tanto las dificultadles de las empresas de este valle (ambas privadas), como a del Grupo ARAMON, que este año ha debido hacer una reducción de capital de 70 Millones de euros para compensar pérdidas.
Por lo tanto, este impuesto finalmente lo van a pagar los empleados de las estaciones con reducciones de plantilla y reducciones de salarios, en el mejor de los casos, ya que no hay margen para hacerlo de otra manera. La imposición de este impuesto supondría, por tanto, la reducción de competitividad de las empresas, lastrando la locomotora que tira de todos los vagones de la economía de estos valles, poniendo gravemente en riesgo puestos de trabajo y la viabilidad de otras empresas.
Pero estas situaciones siempre son más duras en este valle, donde las dos estaciones de esquí son privadas, mientras que el resto de estaciones pertenecen a la DGA al 50%, por lo que pagan con una mano, lo recogen con la otra.
Este valle, abandonado por la DGA desde la constitución de ARAMON (empresa pública en la que la DGA ha invertido el 50% de los 160 millones de euros invertidos, según fuentes de ARAMON), sufrirá una vez más el castigo de la forma más dura, a pesar de la haber sido excluido de todas esas inversiones públicas en materia de nieve.
En la anterior imposición de este impuesto, la DGA puso 1,5 millones de los 3 millones que precisó ese año ARAMON como ampliación de capital, pero a las empresas de este valle, lógicamente no se les ayudó.
Además, ya vimos que ese impuesto "medioambiental" en absoluto fue utilizado para reducir el impacto ambiental, es más, jamás se supo para que sirvió. Posiblemente cayó en una "bolsa común", donde se diluyó con otros ingresos de las arcas públicas.