Bode Miller sigue sin descartar su vuelta a la Copa del Mundo

La carrera laboral de un esquiador de Copa del Mundo es dura. Viajes constantes todo el invierno, entrenamientos y pruebas a temperaturas bordeando con suerte los cero grados, y siempre pendientes de cuando será la caída que le provocará la lesión. Si además te acabas de casar y tienes un bebé esperándote en casa, entonces los días se hacen más duros. Los corredores que tienen un futuro laboral fuera de pistas no suelen esperar mucho más allá de los 32 años para colgar las botas. Pero los hay que siguen además por una pasión desmedida por el esquí.

No sabemos si es el caso de Bode Miller, que ya tiene 37 años, y ha pasado de ser el 'bad boy' del circuito al 'abuelo de la Copa del Mundo'. Los contratos publicitarios que le permiten mantener su alto nivel de vida seguirán ahí mientras corra, pero de momento el norteamericano no tiene claro aún que va a hacer la temporada que viene. Así lo ha declarado en una larga entrevista en la web de la NBC.

Cuenta Bode que aún siente velocidad en sus piernas. Que si bien no ha entrenado duro estos últimos meses, si que ha hecho algo de ejercicio y además se siente motivado para correr. Pero que tiene una familia en casa a la que quiere hacer caso. En mayo nació su hijo y quiere seguir su crecimiento. Una de las posibilidades que baraja es participar pero no hacer el circuito completo. Kitzbuehel siempre la ha tenido en mente. Es la carrera que todo corredor quiere ganar. Por eso no descarta hacer la Copa del MUndo hasta llegar a la etapa de la Hannenkamm y entonces ya despedirse. Ganar allí es toda una incógnita. Es consciente de lo exigente de esa pista y el prestigio que da ganar allí y las ganas que tienen el resto de corredores de llevarse el triunfo.

Por otra parte también es consciente que está llegando el fin del ciclo de muchos grandes corredores norteamericanos como Lindsey Vonn o Julia Mancuso, y que tiene la necesidad de estar ahí para asegurarse que da los consejos necesarios a los jóvenes que tienen que sustituir a toda una generación de corredores estadounidenses que han hecho historia.

Seguramente se tomará todo el verano para pensárselo. En septiembre cogerá los esquís para entrenar en algún glaciar europeo, y esperará a que el 'circo blanco' llegue a Norteamérica en Diicembre para engancharse. Y es seguro que nos deleitará con alguna magnífica carrera. Y es que hay deportistas que han nacido para competir, y a veces no necesitan entrenar tanto como el resto para darlo todo el día de competición.