La ampliación dotará a la estación de seis nuevos espacios y elevará el dominio esquiable hasta los 23,2 kilómetros. Se trata de una pista de dificultad alta, cuatro intermedias y una fácil. Se repartirán entre las zonas alta y media del complejo, y los desniveles van desde los ochenta y cinco hasta los veinticinco metros. Los terrenos se encuentran dentro de los límites de la estación. Las obras para la ampliación de pistas consistirán en la limpieza de maleza y la retirada de piedras. En dos de las pistas, además, se incluirán movimientos de tierras. Los desbroces se realizarán únicamente en aquellos espacios con vegetación abusiva, con una altura que impida la práctica de deportes.
Hay ciertas consideraciones sobre la mesa. Medio Ambiente reconoce que
Ese mismo tiempo durará la vigilancia del Principado sobre las medidas correctoras que se extiendan más allá de las obras: aquellas que afectan al dominio hidráulico, medidas para la evitación de provocación de fuegos forestales y el cuidado de flora. En el momento de ejecutar las labores de ampliación de pistas, Medio Ambiente marca que "dado que las piedras pueden ser refugio o madriguera de especies, se realizará una inspección previa". Si fuera necesario, se trasladará la fauna a una zona no afectada por las obras. Los responsables regionales también reclaman que los movimientos de tierra se limiten todo lo posible.
Las obras que no requieren de financiación empezarán este verano. Medio Ambiente reclama que el desbroce de pistas comience más allá del 15 de agosto. La previsión de la dirección general de Deportes pasa porque el nuevo dominio esquiable esté ya listo el próximo invierno. La instalación de un nuevo remonte y el desmonte del telesilla Cueto Negro tendrán que esperar. El Principado no dispone de financiación para afrontar la mejora, que alcanzará los doce millones de inversión.
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