El 23 de Marzo de 1975 era Domingo de Ramos, y en aquel momento y en aquel día los italianos solo pensaban en dos cosas: El fútbol por el partido que la Juventus iba a jugar y que le permitiría conseguir el enésimo título del Calcio, y el derby entre el Lazio y la Roma; y el esquí. Si, el esquí mantenía la atención de millones de espectadores ese dia, no solo de Italia, sino de Europa entera.
Por primera vez en la historia de la Copa del Mundo de esquí alpino tres corredores llegaban a la final empatados: el austriaco Franz Klammer, el sueco Ingemar Stenmark y el italiano Gustavo Thoeni. Los tres a 240 puntos. La FIS decide que el ganador del Globo no se iba a decidir a suerte, sino al que venciera en un Slálom Paralelo, una modalidad inédita en aquel momento y que se demostró uno de los mejores aciertos de los libros de historia del 'circo blanco'.
La final se organizaba en Val Gardena. Allí sobre la pista Ortisei los organizadores reunieron a los primeros clasificados de la Copa del Mundo. Quien llegara antes ganaba. Gracias al mecanismo de los descartes, a Klammer con ganar le bastaba para pasar dos rondas. Pero el austriaco no era un gran slalomista. De hecho es uno de los mejores velocistas de la historia de la Copa del Mundo, pero el pasar entre los palos nunca fue su disciplina favorita.
Como era de esperar, fue eliminado a la primera de cambio por el italiano Helmuth Schmalzl. A partir de ahí la trama se desarrolla en largas horas de tensión. En el primer turno Thoeni elimina al austriaco naturalizado australiano Manfred Grabler.
En octavos deja atrás al suizo Phillippe Roux, mientras que en cuartos se enfrenta a su compatriota Tino Pietrogiovanna, quien en la cuarta puerta se desestabiliza (sospechosamente, quizás por órdenes del capitán) y se sale, pero puede continuar ya que las reglas por entonces lo permitían. Stenmark por su parte había eliminado al americano Greg Jones, y se enfrenta al polaco Jan Bachleda quien le gana por dos segundos, pero una mala lectura del cronómetros obliga a repetir la carrera.
Cuando el público ya daba por sentado que el sueco no estaría en la final, milagrosamente le saca en la repetición dos segundos y medio, pasando a cuartos.
En semifinales Thoeni se bate con el suizo Walter Tresch, mientras Stenmark se enfrenta a Fausto Radici.
El Slalom paralelo, como desafío final, era algo largamente buscado por el padre de la Copa del Mundo, el suizo Serge Lang. Él sabía que las carreras de esquí individuales carecían de talento para el espectáculo porque los competidores no se miden directamente contra sus oponentes sino contra un cronómetro.
Los estadounidenses, que el sentido del espectáculo lo tienen, habían inventado por entonces el paralelo creando la World Pro Ski Tour, donde cada corredor competía hombro con hombro contra su oponente en el mismo trazado.
50.000 espectadores en la gran final
Todo esto se desarrolló en directo durante largas horas por la televisión. A medida que la final se iba poniendo más emocionante y viendo que el gran ídolo local Gustav Thoeni se metía en la final, comenzaron a llegar miles de 'tiffossi'. 50.000 personas se calcula que se congregaron para ver unas finales de infarto mientras millones de espectadores se plantaban en la tele en un momento en que todo se desarrollaba en blanco y negro.
Los escandinavos peleaban en bloque por ese jovencísimo sueco llamado Stenmark que empezaba a despuntar. Los italalianos por el corredor consolidado de 25 años que luchaba por su cuarto Globo de Cristal. El resto de europeos también estaban allí, sin saber a quien animar, pero sin querer pederse la fiesta.
Los comentaristas parecen muy entusiasmados. Saben que tienen el privilegio de contar en directo algo único, y allí se mantuvieron sin desfallecer, en directo, desde las 09.30h a las 12,45h, y luego de nuevo para contarlo en diferido desde las 15,45h a las 17,45h.
Hay que hacer un alto en el camino aquí para explicar quienes son estos dos contendientes. En la memoria de muchos está Ingemar Stenmark, el mejor corredor de todos los tiempos. Pero en aquel momento tenía tan solo 19 años. Fue descubierto por Ermanno Nogler, un cazatalentos de la época que unos años antes había sido seleccionador de la squadra italiana, donde descubrió también, casualidades de la vida, a Gustav Thoeni, a quien puso en primera fila de los 'azzurri'.
En 1968 la Federación Sueca llamó a Ermanno Nogler para que se hiciese cargo de su selección y desarrollara un equipo potente en el esquí alpino en un país donde la tradición y las montañas solo daba paso al esquí nórdico. En 1969 organizó una selección de Juveniles en la que participó Ingemar Stenmark, en aquel momento de tan solo 13 años. En ese momento vio que acababa de descubrir a un esquiador con un talento sobrenatural, y se hizo cargo de él personalmente. A los 17 años ya ganaba carreras, y a los 19 estaba en Ortisei dispuesto a llevarse su primer Globo de Cristal.
Su relación duró hasta que el sueco colgó las botas en 1989. Luego recibió una oferta para volver al equipo italiano, pero la rechazó para retirarse definitivamente.
En el otro lado encontramos a Thoeni. Entrenado durante años también por Nogler, el corredor italiano es 5 años mayor que Stenmark y ya había ganado cuatro Copas del Mundo (1971, 1972 y 1973) y el oro olímpico en el Gigante de Sapporo'72. Es un hombre rudo, de montaña, con un acento rural que a menudo era caricaturizado en la tele, pero muy agudo y sereno.
Natural de una aldea de Stelvio de por entonces tan solo 100 almas, su padre es un instructor de esquí que también dirige un hotel. Colocó unos esquís a su hijo a la temprana edad de 3 años.
A mediodía, con una puntualidad alpina, allí tenemos a esos dos hombres dispuestos a batirse en duelo. 50.000 espectadores comienzan a hacer sonar campanas, a gritar a su ídolo local y a hacer un ruido ensordecedor. En aquel momento todo era quizás mas cercano. Como un boxeador que pasa entre el pasillo de espectadores hasta le cuadrilátero, ambos corredores suben en el telesquí, a escasos metros de todo aquella gente que iba animando como posesos.
- El ganador se lo lleva todo.
- Todo está listo.
- Suena la sirena.
- Ambos corredores se tiran pista abajo.
- Thoeni lleva cierta ventaja.
- Ambos corredores pueden comprobar quien va ganando.
- El italiano baja limpiamente. Cómodo.
- Sternmark se le ve mas forzado. No está acostumbrado a la presión.
- Thoeni sigue delante.
- Quedan dos puertas.
- Stenmark se adelanta
- El sueco quiere hacer un último jaque mate.
- Se desestabiliza. Se sale!
- Thoeni gana!!
- Miles de espctadores se desbordan!!!!
Acaba el que quizás haya sido el mejor momento de la historia de la Copa del Mundo. 50.000 personas lo han visto en directo. Millones de europeos en sus casas. Para el sueco será una de las pocas decepciones sufridas en una carrera fantástica, quizás inalcanzable.
Tres Copas del Mundo (1976, 1977, 1978), dos medallas de oro olímpicas (Lake Placid 1980), y por encima de todos, sus 86 victorias en la Copa del Mundo (46 en Gigante y 40 en el slalom) hacen de él el ganador por excelencia en el esquí de competición.
Y esto añade aún más valor a lo que logró Gustav Thoeni hace 40 años. Precisamente hoy.
