Cuando hace más de 25 años los responsables de Engelberg propusieron instalar un teleférico que fuera dando vueltas sobre sí mismo a lo largo del trayecto, el Departamento de Transportes de Suiza, encargada de velar por el buen funcionamiento de los trayectos por cable rechazaron la idea porque la encontraron demasiado fantasioso. Pero la estación suiza no se amedrantó, y siguió adelante con su proyecto junto a la empresa CWA. Pocos años después lograron presentar un modelo que dejó más tranquilos a los técnicos gubernamentales y les dieron el permiso para montarlo.
El mismo verano que en Barcelona se celebraban los Juegos Olímpicos de 1992 en Engelberg se afanaban en montar aquel remonte futuristas, toda una aventura para aquellos años en los que no existía ni los telesillas calefactados, ni las capotas panorámicas, y los desembragables estaban en sus inicios. Y ellos se presentaban con todo un teleférico que daba vueltas sobre sí mismo para que ningún pasajero se quedara sin ver el espectacular paisaje alpino que se puede divisar mientras subes hasta la cima del glaciar Titlis.
De hecho este ha sido uno de las principales vías de ingresos de Engelberg estos años, en los que muchos asiáticos se han acercado solamente para subirse al Titlis Rotair. Los que más los indios, que querían ver de cerca los escenarios donde se ruedan parte de las películas de Bollywood cuya parte de la trama se lleva a cabo en el Himalaya, lugar muy militarizado por las disputas con su vecino Pakistán, y donde conseguir un permiso para rodar no es fácil. Por eso los productores, cada vez que necesitan montañas nevadas, se van hasta las de Suiza.
De esta manera este otoño cuando los primeros esquiadores quisieron probar el nuevo teleférico y subirse hasta el puñado de pistas para expertos que hay en el glaciar de Titlis, tuvieron que compartir cabina con varios turistas.
Pero esto no es ningún problema. Además de experimentar la multiculturalidad y los rasgos característicos de los turistas orientales, pudieron comprobar las novedades del remonte en un enorme cilindro de vidrio de 5 metros de diámetro que rota 360º sobre sí mismo durante su trayecto de 5 minutos. El trayecto está incluido en el forfait, pero los turistas deberán pagar 89CHF (74 euros).
A parte del diseño, mucho más moderno y acorde a los tiempos actuales, la gran diferencia es que ahora lo que rota es... la cabina entera! Antes los vidrios eran fijos y lo que giraba era el suelo. Ahora podrías apoyarte en la ventana y seguir rotando tranquilamente. Además ahora caben 57 personas. Desde luego es toda una proeza de la ingeniería, si además tenemos en cuenta que cada una de las dos cabinas tiene un peso de 5 toneladas, cuyo proyecto ha vuelto a llevar a cabo la suiza CWA.
El Titlis Rotair es el teleférico de este tipo más moderno del mundo. Atrás deja ahora los de Palm Spring, en California, y Table Mountain Cableway de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, que mantienen todavía el modelo anterior. Son los tres únicos remontes rotatorios del planeta.
Vueltas y pistas para esquiar
El Titlis Rotair alcanza la cima del glaciar del que toma nombre, a 3.020 metros de altura, y estás situado en la parte alta de la estación de esquí de Engelberg, que significa "Montaña del Angel". La zona esquiable podríamos decir que está dividida en tres zonas. La propia de Engelberg, conectada por remonte a la de Titlis, y de la que se puede volver por una pista negra sin pisar, que si la continuas legas a hacer una larga bajada de 12 kilómetros. Allí conocen este trayecto como la Talabfahrt. Ya en la otra parte del pueblo encontramos otra pequeña estación llamada Brunni, a la que se accede con el mismo forfait. Está mas orientada al público familiar, y como refugio si en algún momento se ha de cerrar Engelberg-Titlis.La estación es una de las más accesibles de Suiza para el que no lleve coche. Una vez se llega a Lucerna en un tren tomado desde el mismo aeropuerto, te subes en otro tren que va recorriendo pequeños pueblos de donde dependiendo de la hora y el día, van subiendo los escolares con las botas puestas y esquís al hombro. También hay esquiadores de Lucerna que salen con las botas puestas de casa y se sube en este tren, que te deja en el mismo pie de pistas. Para el que no quiera hacer el último tramo andando, un bus gratuito te acerca hasta el remonte principal.