El esquí de montaña es una modalidad en alza que ocupa los dominios esquiables cada temporada un poco más. Aunque su regulación es una asignatura pendiente, y en algunas ocasiones se ha planteado la opción de prohibir para que no perjudique a los demás esquiadores y que no pueda resultar peligroso, por el momento este es algo que queda lejis. Además, el debate sobre si se puede regular el acceso a la montaña o prohibir el paso por determinadas zonas, dificulta que se pueda encontrar una solución a corto plazo. Por este motivo desde Grandvalira han decidido apostar por ofrecer cinco recorridos para los deportistas de este sector y así "asearlo", tal como explicó hace unos días su directora general, Núria Tarré. Esta propuesta ya se probó el año pasado con cuatro recorridos y tuvo buenos resultados, por lo que este año se quiere potenciar.
La idea es marcar el camino recomendado para los que quieren hacer el ascenso practicando esquí de montaña. El aumento de este colectivo provoca en ocasiones situaciones complicadas en las pistas, con esquiadores de montaña que se cruzan con los practicantes de esquí alpino o snowboard. Esta es una preocupación creciente para los directores de las pistas de esquí, y aunque existe la intención de regular esta práctica, de momento no se ha podido hacer y ni siquiera se puede prohibir la circulación por medio de las pistas.
Así, desde Grandvalira la temporada pasada se hizo una prueba piloto ofreciendo algunos recorridos para los practicantes del esquí de fondo, que tuvieron éxito y por ello se ha decidido potenciarlos más y aumentar el número. Para esta temporada la estación ofrece cinco recorridos, los cuatro que se probaron el año pasado:
- por Bordes de Envalira, en Moreto,
- por Montmalús,
- el Circ d'Envalira y
- por Pessons.
- Además, estrena el recorrido que va del aparcamiento del Tarter al pico Encampadana, con una dificultad fácil y intermedia y un nivel de 786 metros.
La variedad de los recorridos ofrece distancias desde poco menos de 2 kilómetros hasta 4,5 kilómetros, con dificultades técnicas moderadas.
La directora de Grandvalira ha señalado que han observado un gran interés por estas alternativas, no sólo por parte de los excursionistas, sino también para personas que quieren hacerlo como entrenamiento. Así, para sacar la parte positiva la estación ofrece guías de montaña que puedan orientar a los excursionistas, y también profesores que puedan enseñar esta práctica.
Núria Tarré indica que se ha buscado esta solución porque se considera más apropiado fomentar el esquí de montaña con seguridad, que prohibirlo, al igual que se hizo en su momento con el 'freeride' y que actualmente se está extendiendo en otras estaciones. Así, piensan que esta modalidad también podrá generar ingresos gracias a las actividades anexas aunque estos esquiadores disfruten de la estación sin tener que pagar el forfait.
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