Cuando en 1964 se inauguró este teleférico que lleva a sus ocupantes hasta la cima del Scex Rouge, tenía una capacidad de 70 personas por cabina, y completaba el trayecto en tres tramos, permitiendo llevar a sus pasajeros hasta los 3.000 metros de altitud, toda una proeza de ingeniería en aquella época.
A lo largo de estos 50 años el remonte no solo ha ido cambiando, sino que sus objetivos de explotación comercial han sabido adaptarse a la situación del mercado.
En su momento atrajo a muchos visitantes, no solo de la misma Suiza, sino de toda Europa. Pero solo se abría en verano. En cuanto empezaba a caer la nieve en Noviembre, se cerraba hasta el mes de Mayo. Por aquel entonces el esquí era algo más complementario, y no se había desarrollado dentro de la industria turística como lo está ahora.
Pero los años fueron llegando, y el esquí empezó a cobrar importancia. Gstaad se convierte en un referente internacional, y los esquiadores buscan otras emociones, así que se empieza a abrir el teleférico en invierno para dar acceso a los aficionados de los deportes de invierno, hasta este glaciar situado sobre la estación suiza.
En 1997 el teleférico empezaba a acusar sus años, además que en el mercado existían ya modelos más rápidos y de más capacidad. Se inicia la construcción de su sustituto, que tendrá 125 plazas de capacidad, y se aprovecha para reducir las paradas intermedias de 2 a 1.
También se construye un restaurante en su cumbre de alta gastronomía, pero en Diciembre de 1999 la tormenta Lothar, una tormenta que afectó a gran parte de Europa y en especial a los Alpes, se llevó por delante este punto de restauración. Se volvió a reconstruir, pero los clientes ya no volvieron. Se acusó a una falta de promoción, pero al final tuvo que cerrar en 2005, llevando a la bancarrota a la empresa que explotaba el teleférico del Glacier 3000.
Poco tiempo después otra empresa se hace cargo de la instalación, creando la compañía Gstaad 3000. Su objetivo es hacer del glaciar, un destino clave, pero en este caso el cliente potencial se centra en el asiático. Un tipo de turista cada vez más aficionado a estos viajes. Bernhard Tschannen, actual CEO de la empresa, afirma que en sus países la nieve o no existe, o la tienen muy inaccesible, por lo que les gusta venir pisarla y tocarla.
Hoy el glaciar atrae a mas de 150.000 personas al año. De ellos un tercio llega en verano, y el resto en invierno.
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El teleférico del Glacier 3000
