Este es el resultado de las conversaciones que han mantenido Thomas Bach, presidente del COI, con el primer ministro de Ucrania, Arseniy Yatsenyuk, y el presidente del Comité Olímpico ucraniano (CON) Sergey Bubka. La decisión, evidentemente, se produce como consecuencia de las actuales circunstancias políticas y económicas en Ucrania, que se debatieron entre las tres partes. Bach afirmó que
En mis conversaciones con el Primer ministro ucraniano y el presidente del CON, llegamos a la conclusión de que sería muy difícil concretar la candidatura para 2022 en las actuales circunstancias, pero que una oferta futura tendría sentido para Ucrania y el deporte de Ucrania.
Una oferta para 2026 tendría un excelente potencial para la recuperación económica del país, y podría tener enormes beneficios para la sociedad ucraniana"
La candidatura de Lviv se suma de las de Estocolmo (Suecia) y Cracovia (Polonia), que también anunciaron que desistían este año, mientras que el año pasado lo hicieron también Munich (Alemania) y Davos (Suiza) tras sendos referéndums. Tampoco llegó a presentarse oficialmente la de Barcelona, que a final del 2013 anunció que lo intentaría para 2026. Quedan por tanto Oslo (Noruega), que pese a haberlos acogido en 1952, y haber organizado en Lillehammer los consiederados mejores Juegos de Invierno de la historia, uno de los partidos gobernantes en coalición, ya ha mostrado su rechazo, al igual que la mayoría de la población. Pequín quiere demostrar que su éxito con los de verano se pueden trasladar a los de invierno, y tanto la FIS como el sector del esquí, tienen ganas de expandir este deporte por aquel país asiatico, y estos Juegos podrían ser un buen primer paso. La tercera en liza en Almatty (Kazajistán), quien nada en petróleo y no tendría problemas de organización, ya que tampoco se le va a consultar a la población si los quiere o no.