Desde luego que es toda una ruina para los que gestionan esa colina, pero los gastos se reducen prácticamente a cero, ya que está gestionada por voluntarios que los fines de semana que hay nieve se suben a poner en marcha el remonte de 600 metros de longitud y a controlar que no se salga el viejo cable.
Para los aficionados de la zona que no pueden aguantar el mono de nieve es su única posibilidad, a no ser que se quieran desplazar hasta alguna de las estaciones escocesas. Cada vez son mas los que lo hacen, pero las reinas siguen siendo para los británicos las estaciones de los Alpes, a donde pueden ir por menos de lo que les cuesta la gasolina hasta Escocia gracias a la numerosa oferta de vuelos low-cost.
Pese a las condiciones de esta estación, la historia de Yad Moss es digna de elogio. Se creó allá por los años '70 por un Club de esquí que buscaba un emplazamiento en su tierra natal para aquellos fines de semana que no podían ir a los Alpes. Compraron un telecuerda portátil para ir colocándolo allá donde hubiera mejor nieve.
Finalmente se dieron cuenta que en una de las colinas se daban condiciones mejores casi siempre. Así que se liaron la manta a la cabeza y se construyeron su propio remonte. Un telecuerda que funcionaba con el motor de un Mini. Montarlo no les fue fácil por la dificultad del terreno. En los '80 la zona estaba teniendo cierto éxito así que decidieron construir una cabaña para la venta de tickets y hasta un lavabo, y ya a finales de los '90 compraron un viejo telesquí de Francia, el que se mantiene actualmente. Entrado en el nuevo milenio, el clima decidió hacerles una mala jugada, y no nevó prácticamente hasta 2008. A punto estuvo de desaparecer Yad Moss, pero finalmente las temporadas siguientes comenzó a nevar bien y la venta de tickets se recuperó notablemente saneando las cuentas del Club y hasta teniendo un sobrante para comprar una máquina pisapistas de segunda mano a una estación italiana.
Yad Moss seguirá ahí no obstante, para aquellos que quieran dignarse a visitarla. Lleva abierta desde hace 40 años, en una colina que no mide mas de 725 metros de alto, y un desnivel de apenas 120 metros, con una temporada que suele ser desde finales de Diciembre hasta los primeros días de Marzo. Esta apertura ha sido todo un acontecimiento por lo raro de estas nevadas tan tempranas. De hecho la nieve que había se ha acabado, y han cerrado hasta que se vuelvan a dar las condiciones.