El futuro de la estación de esquí de
Candanchú parece más despejado desde ayer. Sumida en plena quiebra y en manos de la administración concursal, el centro invernal cuenta ya con el acuerdo de la junta de acreedores, que dieron el visto bueno mayoritario (
casi el 90% de los votos) al plan de pago de la deuda, una losa de
7,1 millones de euros que es preciso devolver en un
plazo máximo de 10 años.
La empresa Etuksa, que regenta las instalaciones, ubicadas en el término municipal de Aísa, valoró la decisión de los acreedores (administraciones y proveedores particulares) como un paso "
histórico", en palabras de José Antonio Santanatalia, portavoz de la entidad.
7,1 millones de euros es el montante de la deuda a la que debe hacer frente Etuksa y que corresponde a cantidades adeudadas a las distintas administraciones y empresas particulares, hasta un total de 150 perjudicados. El plazo máximo para su devolución es de 10 años y su satisfacción depende directamente de cómo se desarrollen las sucesivas temporadas de esquí, lo que introduce un factor de incertidumbre en el plan de viabilidad. No obstante, se habilitan fórmulas para la prórroga de la devolución.
En adelante, desaparecerá la figura del administrador concursal y será
el propio consejo de administración de Etuksa quien asuma la dirección de la empresa, que el pasado invierno fue encabezada por el Gobierno de Aragón al objeto de evitar su cierre, según explicaron ayer fuentes jurídicas. Ahora, desde el punto de vista legal, solo falta que el juzgado que lleva el asunto dicte una resolución que dé validez legal a la aprobación del convenio sobre devolución de la deuda, que fue presentado por Etuksa a principios del pasado mes de julio. Se trata de un
formalismo que se desarrollará previsiblemente de forma automática.
Con todo, el porvenir de Candanchú no está del todo resuelto. El pago de la deuda está
directamente ligado a los ingresos que genere su actividad, que a su vez depende de la marcha de sucesivas temporadas de esquí. Bastaría que no nevara o que lo hiciera muy tarde para que se produjeran de nuevo dificultades económicas, señaló ayer una fuente próxima a la estación.
Evitar la liquidación
El pasado invierno, la estación pudo capear la temporada gracias al apoyo del Gobierno de Aragón, a través de Aramón, que garantizó la contratación del personal y se hizo cargo de las instalaciones y los remontes. Pero ahora, tratándose de una empresa privada, serán sus gestores quienes deberán asumir los riesgos. Ramón Gil, accionista de Etuksa y concejal de Aísa, afirmaba ayer que
"El acuerdo es muy positivo, sin duda. Hemos evitado lo peor, que era ir a la liquidación de la sociedad".
Gil señaló además que se están produciendo signos alentadores respecto al futura de la estación, como lo demuestra el hecho de que la venta anticipada de abonos para la próxima campaña haya sido
"un éxito".
La firma del convenio, en realidad un
plan de viabilidad, aclara asimismo el camino para los 35 trabajadores fijos del complejo, que están sometidos a un expediente de regulación de empleo. No se perderán puestos de trabajo y el valle del Aragón podrá afrontar con cierta confianza la próxima temporada de esquí, pues esta actividad es una de las bases fundamentales de su economía.