"El pie del esquiador se queda anclado en la nieve y el cuerpo gira sobre la rodilla. Al pivotar, el ligamento se resquebraja. Llega la rotura del ligamento cruzado anterior"
La operación es complicada y se realiza por artroscopia. Se coloca un injerto de otro tendón en la rodilla dañada. "La tendencia es esperar un mes para operar. Así la rodilla evoluciona mejor. El deportista tarda en volver a competir unos nueve meses. La rehabilitación empieza el día siguiente de la operación. Lo primero es quitar la inflamación. A los pocos días el fisio empieza a trabajar la musculatura. El deportista se mueve sin muletas y se potencia la propiocepción. Desde el tercer mes se empieza un trabajo físico mas intenso. Las mujeres son más propensas en este tipo de lesiones tan graves. "Las jugadoras de baloncesto son más altas y tienen las rodillas un poco metidas hacia adentro, mientras que los hombres son más garrosos".
Récord de infortunios
Ana Galindo podría escribir un libro sobre lesiones en su dos rodillas. Lo suyo se asemejó a una película de terror. Desde los 16 a los 19 años sufrió cinco operaciones en sus dos rodillas. "En la derecha me hicieron tres y en la izquierda dos. Era una desgraciada. El médico me dijo que abandonara porque que me iba a quedar coja. Pero continué. Me gustaba muchísimo, sabía que era buena, quería llegar a estar entre las mejores del mundo y ser olímpica".
Al final Galindo logró su sueño. Fue olímpica en Nagano y Salt Lake City y logró dos cuartos puestos en Sölden y Aare, en la Copa del Mundo.Galindo nunca olvidará la primera de sus graves lesiones. Fue en un entrenamiento en la estación francesa de Tignes en noviembre del 88.
"Era la primera vez que hacia supergigante en mi vida. Vino todo el equipo femenino con Blanca Fernández Ochoa a la cabeza. No había la seguridad de ahora y era un sálvese quien pueda. Antes se hacían las cosas a lo bruto".
Galindo revive 25 años después el terrible momento vivido en la estación francesa. "Era un día de mucho frío, unos 20 grados bajo cero. Era un cambio de rasante y había 20 huellas a los lados. Pasé muy rápido y me metí en la huella del gigante de los esquiadores franceses. Me estrellé contra su puerta. No pesaba nada, era muy pequeña, llevaba las fijaciones a tope. No saltaron y me rompí".
Galindo se produjo la terrible triada en la rodilla derecha. "Me rompí el ligamento cruzado anterior, el lateral interno y los dos meniscos. La izquierda también la tenía dolorida. La evacuación también fue de película. Me bajaron a caballito con las botas puestas. De la cabina, al médico y después a la estación de Grenoble. Aquí pillé un tren sola hasta España. En una semana me operaron. Ahora las técnicas son conservadoras, pero antes te arracaban todo lo que podían. Y no existía la artroscopia".
Galindo estuvo un año entero sin esquiar. Se recuperó bien, pero después tuvo problemas con la rodilla izquierda. "Notaba inestabilidad y se me inflamaba cada dos por tres. Los entrenadores decían que era psicológico. En un Campeonato de España en Pas de la Casa me caí y me rompí los meniscos de la izquierda. Estuve ocho meses parada hasta que pude volver a entrenar. Pero el primer día hice unos tests físicos, unos saltos a dos piernas y me rompí los meniscos de la rodilla derecha. Volví a las pistas cinco meses después y en la primera carrera en Veysonaz me rompí los dos meniscos de la rodilla derecha".
La última lesión se la produjo de forma fortuita en Canfranc. "Fui a cruzar la carretera. Había una caravana aparcada, salté su enganche y me rompí el menisco de la rodilla izquierda"
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