Sin embargo, el cónsul de Canillo recordó que los números definitivos aún no están cerrados, ya que hasta septiembre u octubre no dispondrán de la auditoría de cuentas. "Ha sido una temporada difícil, pero la estación ha trabajado", remarcó Mandicó, que relativizó las pérdidas teniendo en cuenta que para este año está prevista una inversión "importante" de 3,2 millones de euros. Buena parte del dinero, unos dos millones, irán destinados a convertir la pista del Áliga en una pista de descenso. El cónsul adelantó que la semana pasada se recibió la autorización del Gobierno para empezar las obras y que está previsto que la primera fase de la intervención, la de la modificación del trazado, se haga este año. De cara al próximo año se prevé colocar en ella cañones de nieve y si no se pudiera terminar la obra, la finalización se haría el tercer año. El proyecto cuenta con el apoyo de la Federación Internacional de Esquí.
Personal
Por otra parte, Mandicó aseguró que no hay ninguna previsión de reducir el personal de Ensisa, si bien reconoció que a día de hoy se contrata la gente sobre la base de las necesidades, pero que en todo caso, "el personal que tenemos es el necesario". Con todo, el cónsul mayor de Canillo remarcó que pese a las pérdidas, la situación de Ensisa no es la misma que la de EMAP, la sociedad gestora de Pal-Arinsal. Mandicó explicó que en la estación Massana "lo están pasando realmente mal porque se les han acumulado una serie de temporadas con poca nieve y poca afluencia", y añadió que el hecho de que se planteen pedir un rescate a los bancos "quiere decir que tienen un problema".El cónsul indicó que noticias como ésta "son negativas para todos", y deseó que Pal-Arinsal pueda encontrar la financiación necesaria lo antes posible. "Todo el mundo va muy justo y ellos lo están pasando peor que nosotros", indicó. Mandicó no quiso hacer previsiones, pero expuso que si la crisis continúa y no nieva "quizás sí que al final todos llegaremos a esta situación".
