El velocista que quiere vivir despacio

Como corre el tiempo! El gran Bode Miller será esta próxima temporada a sus 35 años (en Octubre) el abuelo de la Copa del Mundo. Bueno, no lo será del todo porque el noruego Truls Ove Karlsen ha anunciado que sigue a sus 37 años. Y es que tras la retirada del suizo Didier Cuché y el veteranísimo sueco Patrick Jaerbyn el norteamericano se ha quedado al frente de un buen nutrido de jóvenes corredores para afrontar la próxima temporada de competiciones en las que se incluye también unos Mundiales en Schladming.

Así que como todo 'abuelo', ha decidido disfrutar de unas merecidas vacaciones veraniegas, y mientras el resto de corredores ya están metidos de lleno en agotadores ejercicios físicos e incluso alguno tocando nieve, la estrella americana se está dedicando a colorear cuentos, ver pelis de dibujos animados y salir a comprar al centro comercial situado junto al embarcadero donde tiene su casa-barco. Y es que eso es todo lo que quiere hacer su pequeña Neesyn Dacey a sus 4 años de edad.

Esta es la otra cara de Bode Miller, el que antepone su formación a pasar los largos ratos con su hija que no ha podido disfrutar durante la temporada de competición. Desde que la pequeña llegara a este mundo un 19 de diciembre de 2008 ha tratado de adaptarse a la pequeña todo lo que ha podido, dentro de un mundo en el que el corredor se pasa todo el invierno yendo de una estación a otra, en jornadas muy intensas que comienzan muy pronto. Según indicaba al New York Times esta semana, ahora se ha dado cuenta que hay cosas más importantes en la vida que la conquista de una carrera helada. Claro que esto solo lo puede decir alguien que ya lo ha hecho todo tras sus 33 victorias en Copa del Mundo y 2 Globos por ser el Campeón del Mundo, sin olvidar sus cinco medallas olímpicas (1 oro, 3 platas, 1 bronce) y las cinco en los Mundiales (4 oros y una plata). Asombroso.

Hasta tal punto ha antepuesto siempre a su pequeña, que el año que ella nació, y con un título un título a la General de Copa del Mundo al alcance de las manos, se fue corriendo a casa para ver su nacimiento en cuando finalizó el slálom de Zagreb. Llegó al hospital, estuvo presente en el parto, y pocas horas después tomó un avión para irse a Vancouver, donde tenía la siguiente carrera.

A pesar de que Bode Miller ya se ha acercado a una edad en que la mayoría de corredores ya piensan en su retiro, el norteamericano no le poner fin a su carrera, siempre y cuando siga divirtiéndose y pueda compaginarla con su pequeña, de quien Miller no da el nombre de la madre para proteges su privacidad. De todas maneras si se le pregunta si seguirá hasta los Juegos Olímpicos de sochi 2014, afirma sin titubeos que cinco olimpiadas ya sean quizás muchas, pero que "si estoy mentalizado y en forma no le veo inconveniente".

Por el momento sigue saboreando sus momentos con Dacey y trata de estar siempre lo más cerca de ella posible. Hace un año se casó, y movió su barco de 21 metros de eslora hasta el puerto de San Diego, pero afirma que se movería a donde sea con tal de estar cerca de su hija.

De todas maneras para quien piense que el americano ya no será competencia este invierno, deberá tener en cuenta que Miller siempre es una sorpresa. Ahí tenemos su actuación en Vancouver 2010, cuando muchos le daban por acabado tras mas de un año sin podios, y en cambio se llevó 1 oro y 1 plata. Esta pasada temporada de Copa del Mundo también logró tres podios, uno de ellos por victoria, en Beaver Creek.

Respecto a los cambios introducidos por la FIS para los esquís de Gigante esta próxima temporada, pese a que en un principio rechazó la idea, ahora la acepta, aunque reconoce que todavía no ha probado los nuevos esquís.