Los hechos ocurrieron el martes. La caída se debería producir poco después de las diez de la mañana, según el seguimiento que ha hecho el forfait del joven. Pero no está claro. Sea como quiera, no fue hasta un rato antes del cierre de las pistas que se tuvo conocimiento de la desaparición del chico. Los padres del joven, que como el accidentado estaban alojados en un hotel de El Tarter, avisaron a los responsables de la estación sobre las 4 de la tarde que el chico, a quien esperaron infructuosamente para comer, no respondía las llamadas telefónicas.
"Enseguida vimos que era algo serio", reconoce el director de calidad de Ensisa, Ton Naudi, que acabaría siendo una de las personas que encontró el joven, ya hacia las once de la noche. A partir del aviso, personal de la estación montó un importante dispositivo de búsqueda. Poco rato más tarde, y para intensificar los trabajos y acelerar la investigación antes no oscureciese el dispositivo se amplió con presencia de bomberos y de la policía. El análisis de las ondas que emitía el móvil que aparentemente llevaba el chico le situaban en la zona de Soldeu. Allí se centró la búsqueda.
Los profesionales de la estación y los bomberos peinaban las pistas, mientras que agentes de la policía comenzaron a realizar controles en el pueblo, para descartar que no estuviera en alguna tienda o establecimiento hotelero sin haber advertido a los padres. Gracias al forfait de los padres y sabiendo que lo habían adquirido los tres de manera correlativa, se pudo corroborar que el martes, el día que ocurrieron los hechos, el chico sólo había usado un remontes de los muchos que dispone la estación: el telecabina de Soldeu diez minutos antes de las diez de la mañana. El dato permitió centrar aún más la investigación, que se situó en la zona baja del dominio de Ensisa en el área de Soldeu.
Finalmente, alrededor de las 11 de la noche, según diversas fuentes (los bomberos, la policía y dicho Ton Naudi), un pistero de Soldeu localizó el casco partido del chico. Y lo mismo Naudi poco después encontraría el chico con aparente estado de desconcertación, fuera de lugar. El responsable de calidad de Ensisa explicó que la localización se hizo a unos treinta metros adentro del bosque que hay paralelo a la pista de Torrellardona, una roja casi paralela a la pista del Avet.
La hipótesis de trabajo es que el joven, por causas que se desconocen, perdió el control y saltó fuera de la pista (no hay ninguna duda de que esquiaba dentro de pistas). El chico golpeó la cabeza contra un pino y eso, supuestamente, le hizo perder un rato la conciencia. Cuando la recuperó mínimamente en lugar de ir en la buena dirección y volver a la pista emprendió el camino opuesto hasta que se detuvo. Aparentemente, el muchacho sufría algunas lesiones superficiales, arañazos, golpes y una importante sensación de desorientación. Profesionales sanitarios se hicieron cargo del muchacho, que poco después de las once de la noche era trasladado en helicóptero hasta el hospital.
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