cadenas en el puerto de Estacas de Trueba |
«¿Mal? Esto no es que esté mal... Es un auténtico desastre». Fernando José Andrés 'Dimas', apoyado en el quicio de la puerta de su negocio, observa el desolador panorama que tiene ante él -explanada del aparcamiento vacío de vehículos, laderas peladas de nieve- y señala telegráficamente: «Trabajo cero. Desolación total». Dimas, director de la escuela de esquí La Calgosa y de un negocio de alquiler de esquíes situado a pie de pistas, no duda en calificar de «catástrofe en toda regla» la temporada invernal que están soportando él y sus compañeros de negocio, algo que se podría haber atenuado «si hubieran innivado con los cañones. A día de hoy no sé si he llegado a trabajar siquiera un 5 por ciento de los días en lo que va de invierno», se lamenta.
A su lado, Marcos García, jefe de profesores de La Calgosa, apuntaba más: «Lo triste es que otras estaciones como ésta, Valdezcaray o San Isidro, están funcionando gracias a la nieve artificial. Aquí, a poco que se cubriera la parte baja, se salvarían los alquileres y la hostelería. La gente sube aunque sólo sea para tirarse bolas o jugar con los trineos». Tantas son las ganas de la gente, dice, que ha llegado a dar clases de esquí «sobre una mancha de nieve pese a estar cerrada la estación. Aquí urge que se innive abajo».
Sin trescientos sueldos
Sólo Alto Campoo da ocupación temporal a unos 290 trabajadores (unos 80 eventuales de Cantur para tareas de remontes, balizamiento, pisterso, maquinistas...; alrededor de 30 en los negocios de hostelería de pistas; otros 30 trabajadores en los seis negocios de alquileres privados y unos 150 profesores y monitores de las cuatro escuelas de esquí). Casi trescientos sueldos, pues, que dejan de moverse por la comarca cada mes.
Ricardo García, coordinador de Cantur en la estación invernal, afirma que éste es «el año con menos días de esquí, lo que ha impedido que los trabajadores eventuales hayan tenido la oportunidad de trabajo». Además, se han visto afectados todos los implicados en el sector servicios: «Cuando falla la nieve, esos negocios no libran y los del valle, tampoco. Casonas, posadas, hoteles..., están vacíos, y para ellos ya es irrecuperable la temporada».
Los negocios que se diseminan a la vera de la carretera que atraviesa el valle muestran esa cara amarga. Cerrados a cal y canto. Luces apagadas. Inactividad. Buena parte de los 25 restaurantes, dos hoteles, 22 posadas rurales y seis albergues con que cuenta el municipio de Hermandad de Campoo de Suso acusan la ausencia de ese flujo de entre 5.000 y 10.000 esquiadores y turistas que ha dejado de transitar por el valle.
«Nos están salvando las comidas del fin de semana, porque el resto del negocio, de tenerlo lleno a no tener a nadie... Tu me dirás». señala Mari Ángeles, al frente de la posada rural Casa de Encimabiá, en Abiada. También ella piensa que se podía haber hecho nieve artificial, y sentencia: «Esto está fatal. Vivimos de la nieve y no estábamos preparados para otra cosa».
Negocios sin actividad
Un poco más abajo, la Casona de Naveda acusa la falta de clientes. Paloma López, su propietaria, lamenta que la persistente ausencia de nieve «espante a los clientes. Las siete habitaciones que teníamos apalabradas para el fin de semana volaron y así semana tras semana..., y aunque se suplen algunas anulaciones, el año está siendo malísimo. El esquí lo es todo». Calcula que esta temporada ha abierto la casona cuarenta días menos que el pasado año, y que el negocio ha caído un 50 por ciento.
Tampoco pinta nada bien en El Henar, en Espinilla, pensión donde sus propietarios vienen acusando las aproximadamente veinticinco comidas y las tres o cuatro habitaciones menos que les está privando la ausencia de nieve cada fin de semana. «Estamos salvando un poco la temporada gracias a los cazadores, pero no es comparable. De estar llenos a cero total. Un año catastrófico, sin arreglo para nosotros», afirma su dueña, Astrid del Barrio.
En la Cantina de Salces, Josune también hace un balance parecido: «Se nota mucho que no hay nieve. Entre semana lo salvamos con comidas para trabajadores, pero los fines de semana no hay gente a comer ni a tomar café ni a comprar pan. Como detalle, hemos dejado de vender unos 30 ó 40 panes. Y bocadillos, nada. Todo está parado; no queda otra que aguantar y aguantar».
Cerca de allí, la afamada panadería de Salces también sufre las consecuencias de lo que califica como «un año nefasto». Como suministrador de Cantur, acusa la poca demanda de pan por falta de público, lo mismo que el bajón en los pedidos desde otros negocios. Chema, co-propietario de la panadería, cree que sólo eso implica un bajón del 20 por ciento, y que un buen fin de semana se dejan de vender unas 500 barras.
Y en Reinosa, Juan, de Carnicería Uco, acusa asimismo no sólo su condición de proveedor de Cantur, sino de buena parte de los restaurantes de la comarca. «Con la hostelería del valle apenas hemos trabajado un 30 por ciento de lo habitual», dice Juan, un empresario que, como esquiador vive »el peor año que conozco».
Quien no se queja es Javier, en el restaurante Fontebro, de Reinosa. Su establecimiento ha llenado los últimos tres fines de semana «gracias a la autovía. Se ha notado muchísimo que se ha abierto el último tramo», asegura. «De no haber sido sido por eso, a morir por Dios».
Dos días de nevadas a partir de 800 metros, a partir de hoy
La nieve caída en las últimas horas en Cantabria ha obligado a cerrar al tráfico el puerto de Lunada y hace necesario el uso de cadenas para circular por otros ocho puertos y carreteras de la red autonómica, según el último informe de tráfico facilitado por el Gobierno cántabro. En concreto, hay que utilizar cadenas para transitar por la CA-183, de Reinosa a Brañavieja, entre los kilómetros 14 a 26,7; y por la CA-185, de Potes a Fuente De, en un tramo de 400 metros entre los kilómetros 23 al 23,4. Igualmente es necesario el uso de cadenas si se circula por el puerto de Estacas de Trueba, entre los kilómetros 8 y 14,3; por Matanela (kilómetros 5 a 11,2); el Portillo de la Sía, entre los kilómetros 2 al 8,4; y por el puerto de Palombera (entre los kilómetros 19 y 30). Por último, también se necesitan cadenas en Piedrasluengas, tanto en la carretera CA-184 (entre los kilómetros 18 y 25,5), como por la CA-281 (del kilómetro 18 al 35,5).
En cuanto a Brañavieja, hoy se han registrado temperaturas de -7º a -3ºC. Se prevén nevadas durante toda la jornada, al igual que mañana, miércoles, con temperaturas que oscilarán entre los 5 y los 7 grados bajo cero. A partir del jueves, se espera la vuelta del sol.
Por lo tanto, es posible que la estación de Brañavieja se abra al menos unos días. La estación invernal ha cerrado sus puertas en tres ocasiones en lo que va de temporada, por falta de nieve. El centro sólo ha permanecido operativo desde diciembre 15 días, todos en precarias condiciones, y ha recibido menos de 2.500 esquiadores.
La mayoría de los monitores que habitualmente trabajan en Alto Campoo se fueron esta temporada a Valdezcaray, que abrió la primera semana de diciembre y que, aunque con pocas pistas operativas, no deja de recibir visitantes. Valdezcaray, una estación con menos kilómetros esquiables que Alto Campoo se mantiene abierta toda la temporada gracias a los cañones de nieve.
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