Los complejos de esquí a los que acceden asturianos y leoneses han empezado con mal pie las vacaciones navideñas. La nieve desapareció a lo largo de la semana pasada. Mientras que Pajares tiene desde el jueves todas sus pistas cerradas, en San Isidro sólo está operativo el telesilla de Debutantes de Requejines, un descenso para principiantes de 120 metros de longitud.
La preocupación del sector hotelero es patente y se extiende también a los negocios de restauración y hostelería en general, que se nutren de turistas y esquiadores. Un empresario allerano de la localidad de Felechosa (Aller) aseguró ayer que «esta situación va a provocar cuantiosas pérdidas difíciles de recuperar, porque no hay esperanzas de que nieve mucho más antes de que concluya el año». La responsable de otro establecimiento hotelero del alto Aller señaló que «la gente que acababa de llegar procedente de Galicia ha hecho las maletas para irse de nuevo, ante el estado en que está San Isidro». La situación en el entorno de Valgrande-Pajares es similar.
Uno de los hoteles más cercanos a la estación del Brañillín completó hace semanas sus reservas, pero las anulaciones ya han comenzado por el cierre de la estación. Para Nochevieja, sin embargo, esperan tener el establecimiento lleno. Ayer hubo en la estación de San Isidro unos 200 deportistas, una cifra similar a la del pasado sábado.
El volumen de deportistas contrasta con los cerca de 15.000 que sumaron durante el puente de la Constitución los complejos asturiano y leonés, pese al temporal que deslució las primeras jornadas de la temporada.
Aunque los asturianos y leoneses forman el grueso de deportistas en ambas estaciones invernales, cada vez es mayor el número de esquiadores procedentes de otros puntos de la mitad norte de la Península. Gallegos y portugueses, principalmente, copan las reservas en San Isidro y son los protagonistas de la mayor parte de las anulaciones para las próximas fechas.
Fuente: