Su hábitat natural era la montaña. No necesitaba gran cosa para ser feliz, tan solo unas dosis regulares de actividad al aire libre, ya fuese haciendo una excursión, escalando una pared de roca o hielo, esquiando con sus amigos…
La vida profesional de Eduardo siempre giró alrededor del outdoor y del esquí. Primero trabajó en Alpesport la tienda de montaña de Escaldes. Al cabo de un tiempo entró como jefe de compras en Viladomat y años más tarde El Corte Inglés le ofreció el puesto de Jefe de Compras de Materiales de Montaña y Esquí. A pesar de encontrarse muy a gusto en Andorra, rodeado de tantas montañas, decidió aceptar la oferta que le devolvió a su hogar en la Sierra de Madrid
Vivía la montaña con la misma pasión que el mejor deportista. También le dedicaba todo su tiempo, todos sus pensamientos. Conocía todas las zonas de montaña y escalada. A todos los personajes. Se había leído casi todos los libros. En cuanto podía marchaba al monte a esquiar o a escalar con su motor home. Los que tuvieron la suerte de conocerle se vieron empapados de esa pasión por el deporte que desprendía. Eduardo está considerado como uno de los más brillantes especialistas en material de esquí y de montaña que ha habido en España.
No olvidamos las aventuras y momentos mágicos que nos ofreció generosamente. Personas como él dignifican nuestro mundo.
Sus amigos.