Es fundamental entender que el primer encuentro con la nieve es toda una aventura. Desconocemos totalmente el entorno de la montaña y llevamos un equipo extraño, complejo e incómodo. Además de ello nos enfrentamos a la incertidumbre de una actividad totalmente nueva y que puede percibirse como peligrosa.
Es importante transportar los esquís comprobando que están bien trabados por los frenos, con la punta delante, la fijación detrás del hombro, con los bastones en la otra mano y la vista al frente.
Las partes principales del equipo son:
- Esquís que se componen de una punta o espátula, un patín y una cola más o menos ancha. Antes de ponérnoslos deberán colocarse paralelos y en un lugar completamente plano para evitar pisotones o deslizamientos indeseados.
- Las fijaciones. Situadas en la zona del patín del esquí se componen de una puntera, una talonera y unos frenos. Comprobaremos que las fijaciones estén abiertas y nos familiciaremos con su funcionamiento.
- Botas. Deberemos andar con ellas siempre abrochadas aunque poco apretadas y deberemos revisar que las suelas están limpias antes de colocarnos los esquís. La nieve en ocasiones puede ser muy pegajosa por lo que es importante limpiar la suela a conciencia.
- Bastones. Unas cintas (o dragoneras) de los bastones bien puestas nos ayudarán a empujar, deslizarse y cambiar de dirección más fácilmente en el llano, impidiendo que se pierdan o que no puedas aplicar la fuerza adecuadamente.
- Complementos: Casco, guantes, crema de protección solar y gafas de sol o ventisca.
En este capítulo de nuestra serie podremos hacernos una idea general de estos primeros pasos sobre la nieve.
Texto y guión adaptado del libro "Guía para la formación de los Técnicos Deportivos de Esquí de Primer Nivel".
Por Carlos G. Castillo y Ernesto Rodriguez Pérez.
Patrocinadores:
Traventia
Safe Formación
Madrid SnowZone