Estamos en noviembre. Se acerca el momento tan deseado por muchos. Y la manera cómo vivimos el primer día de la temporada los que esquiamos en estaciones que no tienen fecha fija de apertura, como Masella, me recuerda a una famosa parábola (Mt 25 1-13).
Aquí tenéis mi versión:
Había diez esquiadores, cinco prudentes y cinco insensatos. Los prudentes, a la que llegaba el otoño, empezaban a revisar el material y reponían lo que no estaba a punto o se había perdido. Sacaban el forfait de temporada en cuanto lo anunciaban y se compraban la revista Esquí Pro. Los insensatos, recordaban que tenían de todo y seguían con el material guardado en cajas.
Hacía calor y parecía que la temporada no acababa de llegar. Pero de repente, de un día para otro, un frente cubrió las montañas de nieve. Por la noche, al ver lo que habían publicado en las redes, se oyó un clamor: ¡Masella abre ya!. Los esquiadores prudentes se levantaron y prepararon todo el material que ya tenían a punto. Los insensatos, al abrir las cajas y darse cuenta de que les faltaban cosas, llamaron a los prudentes. Les pidieron un casco, una máscara y unas botas de niño. Pero los prudentes no tenían material de sobra y les dijeron que lo mejor era que pasaran por su tienda de confianza al día siguiente a buscar aquello que les hacía falta.
Mientras los insensatos estaban en la tienda, la estación abrió y había tantas ganas de esquiar, que el parking se llenó y los encargados cerraron los accesos. Más tarde, cuando llegaron los esquiadores insensatos y al ver que no podían pasar, pidieron sin cesar que les abrieran, que eran asiduos de la estación. Pero los vigilantes les dijeron que no les conocían. Y no hubo manera de que los insensatos pudieran esquiar aquel primer día.
Velad, porque no sabéis ni el día ni la hora en que llegará la nieve y empezará la temporada.
Seguramente, si no esquías en Masella, esto no lo vives así. Pero para los que esquiamos allí, os aseguro que en noviembre hay que tener todo a punto. Porque en esta estación hay gente con intenciones de apretar el botón de arrancar máquinas en cualquier momento durante este mes. Y en los últimos años, hemos empezado en noviembre en varios de ellos.
La semana que viene llega frío y esperamos que el primer día de la temporada llegue pronto. Emoción máxima. Yo, como buen esquiador prudente, vivo este momento como si fuera un reservista a punto de ser llamado a filas y estoy preparado para el gran momento. Y tú, ¿eres insensato o eres prudente?
¡Nos vemos el primer día que abran!