Cuando hay powder, no hay discusión, pero la mayoría de días que no tenemos esa suerte y nos toca pisar pista, lo mejor es llevar material que se adapte perfectamente a lo que nos toca esquiar.
Llevo tiempo dándole vueltas y a base de pruebas he ido desmontando algunos mitos que tenía en la cabeza. El primero, que los esquís de competición son la mejor opción para esquiar en pista.
Como todos tenemos algunas ideas preconcebidas, durante muchos años no quise saber nada de esquís "polivalentes" y lo que más me atraía para esquiar en pista eran esquís de la gama más prestacional de cada marca. Los primeros que tuve de este tipo fueron unos Dynastar Omeglass. Me sorprendieron muy gratamente y ya no me moví de este tipo de esquí. Todo lo demás me parecía de esquiador de edad avanzada (seguramente el marketing hacía su trabajo para que lo pensara) y no me interesaba lo más mínimo.
Con el tiempo me llegó la inquietud de utilizar unos GS. Tuve la ocasión de probar unos Völkl Racetiger y como el concepto GS me fascinó, los encargué para la siguiente temporada. Pero seguíamos en el mismo registro, esquís de las gamas de competición.
Y llegó el momento de empezar a entrenar y se me metió entre ceja y ceja tener unos esquís de taller. Era algo que ya me atraía de antes pero no me había atrevido a dar el paso, consciente de que igual no podría con ellos. Pero mi forma física había mejorado mucho y en mis adentros sonaba una voz que me decía, con más ilusión que convencimiento, que esquiar con algo así tenía que ser la bomba. Y cómo no, también llegaron. Primero fueron unos Blizzard SL FIS y más adelante unos Dynastar WC Premium para gigante.
Ya tenía lo que quería, o lo que la cabeza me pedía. Pero probando este tipo de esquís te das cuenta de que son radicales. Los Blizzard SL FIS son una salvajada y aunque me gusta mucho tenerlos y usarlos para entrenar y disfrutar de unas pocas bajadas con el cuchillo en la boca, con mi nivel no les puedo sacar todo el jugo que tienen. Hay que ser muy pata negra y estar como un toro para acabárselos. Los Dynastar WC, en cambio, son igualmente de taller pero se nota que tienen modelos más prestacionales y que están orientados a esquiadores masters, con una edad, que igual ya no tienen las piernas que tenían cuando tenían 25 años. Son muy cañeros pero por geometría y sensaciones, mucho más esquiables en el día a día. Aquí la diferencia con un esquí "de tienda" es menor, tanto por comportamiento como por radio de giro, que con 180 tiene 21m. Lo que sí que espero es que no pierdan nervio tan rápidamente como los que no son de taller, o al menos eso es lo que dice todo el mundo.
Una vez en este punto, ya tenía mi ego alimentado, podía esquiar y pasarlo bien con estos esquís, pero se trataba de ver si, además, eran con lo que acabaría disfrutando y esquiando mejor. Y eso ya no lo tenía tan claro. Había que probar más cosas.
Lo primero que me cayó en las manos fue un Rossignol Pursuit 18, un esquí de gama alta pero fuera de la línea de competición. Os dejo el artículo relacionado con las impresiones que me produjo, ya que este fue el primer esquí que desmontó todas las ideas que tenía en la cabeza hasta la fecha.
Pero fue buscando un esquí para la KDD en Formigal lo que ha acabó dinamitando del todo mis ideas preconcebidas. Me iba dando cuenta de que cada vez me gustaba menos un esquí de radio corto, pero tampoco quería un GS. Buscaba algo intermedio, que de dejara llevar en todos los tipos de giro para tener como esquí "único" de pista. Así que tuve la ocasión de probar durante los dos días esquís de la línea Speed Zone, un slalom y un esquí a medio camino entre un slalom y un gigante de tienda. Los dos Dynastar. El primero, el Speed Zone 16 PRO, sucesor del Omeglass y el 14 PRO. Los dos de tienda, el segundo en principio menos prestacional que el primero.
¿Y qué pasó? Pues que el SL ya sabía lo que era y ya no es el tipo de esquí que más me gusta, mientras que el PRO14 me ha entusiasmado. ¿Por qué? Se trata de un esquí que en la medida probada (y que es la que me interesa), 174 cm, tiene un radio de giro de 15 m, es decir, a medio camino entre un SL y un GS de tienda. Esto hace que se comporte muy bien tanto en radio corto para esas bajadas con más gente, como cuando las condiciones permiten bajar más deprisa y ocupando más pista. Es el esquí que me más me encaja para cualquier hora del día, tanto para nieve muy dura como algo transformada. Este tipo de esquí, que existe más o menos parecido en casi cualquier marca, permite esquiar a fondo en todo tipo de radio de giro pero sin la exigencia física y técnica ni el encorsetamiento geométrico del esquí de taller. Un esquí perfecto para mí, así que ya lo tengo a punto para la temporada que se avecina. Espero poderlo disfrutar a tope.
Alguno dirá que me he hecho mayor, pero dejando de lado que eso es así y es una obviedad, la experiencia es un grado y uno sabe mejor que antes lo que más le conviene. Y esto es válido sea cual sea el nivel que tengas. Si llevas el esquí que más se adapta a tus características, esquías mejor y también te divertes más.
Una bajada intercalando giros más amplios con giros cortos. Una pista semivacía que permitía probar bien los esquís. ¡Gracias Soto por el vídeo!
Visto lo visto, es posible que de momento siga renovando las opciones de taller porque me gustan y hay días que es lo que me pide el cuerpo, aunque sea para un rato, pero seguro que en el análisis de días esquiados con cada esquí, estos más polivalentes serán los que se lleven el gato al agua porque son perfectos para esquiar de "turista", sea cual sea el nivel que tengas.