Desde el final de temporada que no pisaba una tienda de esquí. Pero es empezar a leer unas revistas y revisar un poco el material y a uno ya le entran ganas, En estas épocas es buen momento para entrar en las tiendas y comentar la jugada porque la cosas suele estar tranquila. Pues bien, esta vez estaba habando con Gerard, de Daffi, y salió el tema del Niño y de lo potente que parecía que iba a ser. De la conversación me parecio interesante poder sacar conclusiones de a dónde viajar este año.
Para los neófitos o no muy metidos, entre los que me cuento... ¿Qué es el Niño?
De manera muy superficial, se trata de un fenómeno que se da cada ciertos años que se ocasiona por unas temperaturas elevadas en el Pacífico central y este a la altura del Ecuador y que ocasiona cambios importantes en el clima de todo el planeta, especialmente entre diciembre y febrero.
Las consecuencias por zonas de esquí son:
Japón, EEUU y Canadá: Temperaturas más altas, lo que puede ocasionar más lluvias y menos nieve. En el caso de Estados Unidos, El Niño provoca mayores precipitaciones y más frío en el tercio sur mientras que más calor y menos precipitación en el tercio norte. Son buenos años, por tanto, para la zona sur de California, Arizona, New Mexico y a veces la zona sur de Utah y Colorado.
Europa: No está muy claro, pero los efectos podrían ser los siguientes: En el norte, temperaturas más bajas y menos precipitación, mientras que en el sur, temperaturas más suaves y más precipitación.
Cada vez existe más consenso entre los científicos de que el actual El Niño podría ser el más potente en 50 años y podría superar la dimensión del que se registró en 1997-1998.
Si se cumplen las previsiones, no parece el mejor año para volver a Jackson Hole. Aunque como todo con estas cosas, las previsiones a largo plazo hay que cogerlas con pinzas. Veremos qué pasa finalmente. Pero me ha generado la siguiente cuestión: ¿cambiarías ese gran viaje a un destino a priori afectado negativamente por el clima?.