Somos muchos los amantes de la competición que pensamos que tiene más gancho algo diferente, no tan especializado. Pues bien, la gente de Salomon se ha sacado de la chistera el Quest Challenge y nos ha parecido un gran acierto.
¿Por qué nos ha gustado tanto?
En primer lugar porque se realiza en equipo. El esquí de competición tiene algo de solitario y aunque tengas compañeros de tu club al lado, al final eres tú solo frente al crono. Pero aquí no, aquí todos puntúan, todos colaboran y al final se nota en el ambiente de la prueba. Y hay equipos de todo tipo, desde los de "mayores", pasando por familias, niños, etc.
Tiene ingredientes para todos los gustos: un trazado de GS, un skicross, un big air, una bajada de freeride donde cuenta la compenetración con el equipo, pruebas de localización,... El conjunto hace que sea muy ameno.
No tiene porqué ganar el mejor esquiador. Hay una serie de pruebas extras que puntúan mucho y que no están relacionadas con el nivel de esquí.
Las pruebas son dinámicas, con muy pocas esperas, lo que hace que tengas la sensación de esquiar, no de esperar a tu turno.
Pues bien, os comento un poco cómo lo vivimos nosotros. Lo primero que debo decir es que estuve a punto de no participar. Un cambio de fechas hizo que los compìs de mi equipo original se fueran a esquiar a Japón (cómo están disfrutando los tíos). Si a esto le sumamos que a nuestro mayor se le acababa de romper la clavícula (sí, esquiando), el tema logístico se complicaba y no lo veía claro. Pero las ganas pueden demasiado y logramos juntar un nuevo equipo y, no con pocos malabarismos, encajar la prueba con el esquí familiar.
El sábado llegábamos a Masella sobre las 9:30. Había nevado y se notaba en el parking. Mucha gente dispuesta a disfrutar de una buena jornada (habían dado mucho viento pero al final se esquiaba muy bien hasta cotas medias). Recogida de dorsales, dejar a la peque en clases y empezábamos la prueba. Se notaba muy buen ambiente, es lo que tienen estas pruebas.
Sólo tenía dudas para el big air, pero para todo lo demás nada como unos buenos GS
En el momento de la salida
Nuestro equipo
Como íbamos muy justos de tiempo, lo primero que hicimos fue ir al skicross. Una prueba muy divertida con un par de saltos.
A punto de bajar el skicross. Yo iba con la cámara para no perderme detalle. Otra demostración de que la cosa iba básicamente de pasarlo bien. Tiempo justo de hacer un par de fotos y ya nos tocaba bajar.
Hay que estar por lo que se hace. No se puede conectar la cámara a media bajada porque luego pasan estas cosas:
Una vez finiquitado el skicross nos fuimos hacia el GS. Otra prueba muy divertida que tenía lugar en una pista clásica para este tipo de eventos, Davallada.
Así se veía el trazado subiendo el TGV
Algo más de gente esperando para el GS pero en menos de 5 minutos esraba liquidado. Esto de pasar un trazado sin reconocer se hace un poco raro, pero es la manera de hacerlo dinámico.
Y así se veía la meta
Aquí volví a filmar la bajada:
Al principio y al final de cada prueba hay que marcar con una pulsera que llevas todo el rato. Tras las dos primeras pruebas nos dirigimos al freeride, que consistía en una bajada sincronizada por la pista Atrevida, una negra corta pero que daba su juego.
Salida del freeride. Desde cualquier rincón se aprecian las vistas de la Cerdanya. Un lujo.
Para la prueba fotográfica había que ir por la nueva pista La Feixa, una roja muy divertida a la que se accede por Coma Oriola:
El resultado de la foto no fue el esperado :-)
A partir de aquí, entre recoger a la peque y demás ya íbamos muy mal de tiempo, así que hicimos algún marcaje de balizas y nos quedamos con las ganas de probar el Big Air.
Aún así, no nos fue mal del todo, pues hicimos top 15. Pero lo más importante, habíamos venido a pasarlo bien y nos fuimos con la sensación de haber participado en un gran evento, muy divertido y bien organizado. Felicidades a Masella y a los organizadores. Atentos porque la próxima cita es el 21 de este mes en Grandvalira.
Os dejo un resumen en forma de vídeo: