En pleno verano, ya que no podemos esquiar es un buen momento para pensar en material.
Yo soy un gran fan de los bastones y tengo un montón en casa. Me fijo en las punteras, las arandelas y la flexión que tienen. Pero tengo claro que los bastones no te harán mejor esquiador, al menos a nivel turista. Aún conservo los primeros de carbono que tuve, unos Head de 11 mm de diámetro, hará cosa de 15 años. Eran toda una rareza.
Es otro elemento que también ha evolucionado lo suyo, desde los de bambú (igual que los palos de competición y que ahora vuelven), pasando por el acero, hasta la invención de Scott de los de aluminio en 1958, que siguen siendo mayoría en el mercado.
Hace años prácticamente todo lo que se hacía era de aluminio del malo y era fácil acabar llevando los bastones doblados. Poco a poco los materiales fueron cambiando y ahora, con aluminios más rígidos, los carbonos y compañia, se pueden partir pero ya no quedan doblados.
Hay varios aspectos en los que fijarse a la hora de elegir un bastón (además de la medida):
Material:
Pueden ser de aluminio (lo más común), de carbono, de una mezcla de los dos o de composite (bueno, y de bambú, madera,...). Los de carbono suelen ser más confortables de usar porque absorben los impactos mejor y son más ligeros, aunque estos detalles se notan poco esquiando. En función del material sí que tendrán mayor o menos flexión, y aquí sí que se nota diferencia. A mí me gustan bastante rígidos porque me van mejor a la hora de remar, me gusta que el impulso se transmita sin la amortiguación de la flexión, pero esto irá a gustos. Los de aluminio, que pueden ser de muchas calidades, suelen ser más rígidos. Si lo tuyo son las carreras, rígidos para transmitir mejor el impulso en la salida. Hay que tener el cuenta que los de carbono son relativamente frágiles y los puedes partir con un golpe fuerte.
Baston Leki de aluminio
Empuñadura:
Los buenos bastones suelen llevar buenas empuñaduras, de materiales que permiten agarrar bien y son ergonómicas. A veces sólo con el tacto ya se ve si nos va bien o no. Los de plástico duro tipo PVC son los más sencillos y tienden a resbalar.
Punta:
Es un tema al que no se le da demasiada importancia hasta que pruebas unos con una puntera de las buenas. De qué material y cómo sea la punta de un bastón suele condicionar el precio. Los más caros suelen tener puntas de carburo (de wolframio), que gracias a su dureza clavan mucho mejor en nieves heladas. Si dudas entre dos modelos, este puede ser un buen motivo. Los de competición suelen llevar siempre esta punta. Si esquías en Colorado o eres un freerider, este tema ya no será tan relevante.
Típica punta de carburo
Las puntas de este tipo cuestan mucho más de clavar en la nieve dura
Arandela:
Hoy en día los bastones cada vez llevan arandelas de menor diámetro. Para esquiar en pista es casi preferible porque no ofrecen resistencia al viento, se juntan mejor, etc , pero si te gusta salir de los dominios o simplemente tienes que remar en zonas con muchísima nieve, te acordarás del día que elegiste los bastones por el diseño tan racing que tenían. Para freeride siempre mejor arandelas grandes. Parece una tontería, pero se nota mucho cuando apoyas en cada remada sobre nieve blanda y en lugar de avanzar el bastón se hunde 30 cm.
Algunos modelos permiten cambiar las arandelas fácilmente.
Modelo Kerma de freeride con una arandela de 85 mm
Dragonera:
Casi todos usan el mismo tipo, una cinta clásica unida a la empuñadura, pero existen al menos dos sistemas en el mercado que creo que vale la pena probar: el Trigger S de Leki y el Click de Gabel. Llevé en su día el Trigger1 y ahora tengo varios bastones con el sistema Click, que es muy parecido al Trigger1. Es muy cómodo de poner y sacar, ya que el guante se une al bastón y se quita pulsando un botón. Lleva un sistema de seguridad para soltarse en caso de mucha fuerza y cuando te acostumbras... Se puede llevar el guante con el sistema incorporado o colocarlo sobre el guante que uno lleva.
Para mí, sólo por el plus de seguridad, que he probado en mis carnes con el Click de Gabel, ya vale la pena usar alguno de estos dos sistemas. Otro día hablaré más sobre este tema.
Medida:
Los que son plegables permiten adaptarlos a gente de distintas alturas y sirven para cualquier persona en casa, pero sobretodo presentan una ventaja a la hora de viajar, que con la mínima talla, alrededor de 1m, es posible que los puedas meter en la maleta y sólo tener que alquilar esquís en destino. Hay que tener en cuenta, por eso, que se pueden desajustar y no son tan maravillosos como parecen. También los hay plegables de medida fija.
Forma:
La mayoría son rectos, pero si entramos en el mundo de la competición, a medida que aumentamos la velocidad, aumenta la curvatura para facilitar la integración con la posición de huevo.
E igual que la forma, si lleva alguna protección, como en el caso de los de slalom.
En resumen, hay muchos detalles en unos simples bastones. Ninguno de ellos nos hará esquiar mejor, aunque sí con algo más de comodidad, estilo y seguridad.