El 24 de diciembre es un día en el que la gente no suele ir a esquiar. Si eres de los que te gusta esquiar con poca gente, es uno de los mejores días, por no decir el mejor (Navidad y San Esteban aparte) para subir a pistas y estar solo.
Es un día que laboralmente aporta muy poca cosa pero que, en cambio, es ideal para salir a hacer deporte. Y, cómo no, para subir a esquiar.
El domingo había estado en La Molina y Masella y me gustó más cómo aguantaba la nieve en La Molina (básicamente porque había menos gente), así que el lunes optamos por ir hacia allí.
El lunes a las 7h recogía a mi compañero de batallas y salíamos de camino. Collada de Toses y a las 9.10 subíamos por la silla de Roc Blanc. Temperatura bastante alta pero la nieve estaba realmente bien. Era cuestión de ver cuánto aguantaría en estas condiciones.
Para un día como éstos, en los que no subimos con niños, hay poca nieve para hacer el cabra y sabes que no vas a encontrar nadie en las pistas, suelo elegir los Völkl Racetiger Speedwall GS, que cada día me gustan más.
Con la pista bien pisada y la nieve en condiciones, se podía bajar así por la Olímpica:
Hacia las 12h la nieve ya se empezó a transformar y no se podía esquiar tan bien, así que aguantamos un poco más y a la 1 volvíamos hacia Barcelona. En total, algo menos de 3h30' de esquí y casi 6000 m de descenso. Un día muy bien aprovechado y llegando a tiempo para estar con la familia.