Esta temporada os había dejado un poco apartados. No os penseis que con estas condiciones tan raras no he salido a la montaña; de hecho todo lo contrario. Sin embargo, no he escrito demasiado al respecto, por dos razones principales.
En primer lugar, he estado bastante ocupado preparando mi primera temporada como guía invernal en noruega. De por si, esto ya lleva su trabajo: preparar el calendario, excursiones, actividades, reconocer zonas… Además, he tenido que prepararme para varios cursos de formación. Pero sobre todo, todo esto ha sido en noruego. Hasta ahora mi nivel de noruego, era conversacional; sin embargo, para aprender todo el vocabulario técnico relacionado con la montaña invernal y ganar un nivel en el que poder guiar a un grupo o asistir a cursos específicos de varios días en el terreno, pues he estado con la cabeza enterrada en libros, mapas y guías de esquí, bastante más de lo que anticipé en un primer momento.
También he pasado mis horas jugueteando por el terreno. La montaña en Noruega y sobre todo la forma de hacer montaña en invierno en Noruega no es la misma que en la península y hay ciertas tradiciones nórdicas ancestrales que he tenido que aprender. Entre ellas esta mi nueva relación de amor odio con el fjellski; la forma de esquí más popular en Noruega, que es una mezcla de esquí de fondo y esquí de travesía. Cantos completos o semicompletos, patín estrecho, bota de cuero, talonera libre y sistema sin pieles o de pieles cortas. Esta es la herramienta para hacer excursionismo en invierno en Noruega, cruzar valles, vastas mesetas, bosques y montañas con desniveles alrededor de los 20 o 25 grados de pendiente. Para un pirenaico es extremadamente difícil girar o bajar una pendiente con esto sin temer por tu integridad física. Sin embargo, parece ser que si has nacido aquí, te viene de serie el poder hacer hasta el giro de telemark y con una mochila con el bebé detrás. Ahora ya soy un maestro, o casi, pero las primeras semanas les hacía mucha gracia en mi pueblo que pueda esquiar corredores de S4, pero no bajar una palita con fjellski. He tenido exactamente la misma historia de amor odio en lo que se refiere a manejar una pulka con fjellski.
Lo bueno, es que ahora ya va todo más rodado y empiezo a sentir que tengo el toro por los cuernos; o bueno, ya que estamos en Noruega, al buey almizclero. Por lo tanto, durante las próximas semanas iré escribiendo acerca del esquí de montaña en la región de los fiordos y de otras curiosidades de la montaña invernal en Noruega.
Hasta luego Noruego!