Considerada como una de las mejores películas de montaña de la historia del cine, la película dirigida por el Dr. Arnold Fanck y Georg Wilhelm Pabst, sigue despertando interés y emociones a partes iguales 90 años después de su estreno, contando con un importante valor añadido: El infierno blanco del Piz Palü estuvo a punto de desaparecer para siempre. La versión original de la película se daba por perdida hasta 1996, cuando se localizaron los rollos que faltaban con partes del metraje en muy mal estado. En 1997 el Archivo Federal del cine alemán inició un delicado proceso de restauración que culminó con el estreno de la película en Alemania, mostrando al público las escenas de la película que se habían perdido. Protagonizada por Leni Riefenstahl, Ernst Petersen y Gustav Diessl, la película mostraba por primera vez imágenes del macizo del Bernina y el Piz Palü (Graubünden, Suiza) nunca vista en una pantalla de cine.
La restauración efectuada por la Filmoteca del Archivo Federal de Alemania, con la colaboración del Instituto de la Filmoteca Alemana y Taurus Films, sobre una copia en soporte de nitrato de celulosa, permite conservar la única copia que se conserva, pues el negativo original ha desaparecido. Para la restauración se utilizó el certificado del censor para reordenar escenas e intertítulos cuyo orden había sido alterado con respecto a la obra original.
Gracias a este laborioso e ingente trabajo es posible hoy en día disfrutar de la que nos atrevemos a calificar como la mejor película de montaña de ficción de todos los tiempos. Creo que la afirmación no es para nada exagerada, pues el desarrollo del rodaje certifica que nunca antes se había filmado en alta montaña de una forma tan real, ofreciéndole al espectador actual un impresionante homenaje al alpinismo romántico de comienzos del siglo XX, con una cuidada fotografía y un guión realmente dramático (y trágico).
La labor de los directores se divide en dos campos claramente diferenciados: Arnold Fanck se ocupa del rodaje de acción en la montaña y Georg Whillhem Pabst de la parte creativa por lo que respecta a la descripción de la personalidad y estructura mental de los protagonistas con imágenes metafóricas de sus pensamientos, emociones y obsesiones. Fanck era el maestro artesano y Whillhem Pabst el experto en dramatización intimista.
El eterno éxito de las grandes películas del Bergfilme alemán y la recuperación de un filme mítico, nos abre las puertas de un interesante viaje en el tiempo, analizando la vida y obra de Arnold Fanck (foto), uno de los personajes mas representativos de un género tan apasionante como es el cine de montaña. Un género que año tras año va ganando mas adeptos y reconocimiento a nivel global.
Orígenes…
El cine de montaña como género (con todos sus subgéneros y variantes), nació en Suiza, pero fue Alemania (antes que Francia, Italia, Reino Unido y Estados Unidos) el país que mejor supo extraer la magia y la esencia romántico-aventurera que permanecía escondida tras las principales cumbres y valles alpinos. La elegancia y la teatralidad del expresionismo alemán brilló con luz propia a comienzos del siglo XX, acentuándose el carácter enigmático, macabro, siniestro, incluso mórbido, de unas obras que de un modo onírico y en ocasiones metafórico, reflejaba el proceso de repliegue en la profundidad del alma que llevó a cabo la población alemana durante el periodo de entreguerras. Arnold Fanck, a nivel fotográfico y de realización, fue uno de los grandes impulsores del cine que promovía la Universum Film Aktiengesellschaft (UFA), junto a Robert Wiene, F.W Murnau, Erns Lubitch y Fritz Lang.
La UFA fue creada en 1917 por resolución de Alto mando alemán (Gral. Ludendorff) con un fin principalmente propagandístico (de forma directa e indirecta). En 1918, tras la derrota alemana, el Reich renuncia a la participación en la UFA y la mayoría de la acciones son adquiridas por el Deustche Bank, es decir pasa de manos del gobierno a manos privadas. Con este cambio a los fines propagandísticos se sumaron otros más prácticos: los fines comerciales. La filosofía de la UFA era mostrar al mundo películas donde la cultura alemana fuera uno de los principales protagonistas, educando a la sociedad para promover el cine patrio frente a la avalancha de películas extranjeras.
Arnold Fanck supo aprovechar el enorme poder de influencia que el cine estaba demostrando tener sobre la población, una prueba de ello es el inmenso éxito que tuvieron El Gabinete del Doctor Caligari (1919), de Robert Wiene, Nosferatu (1922) de F.W. Murnau o Metrópolis (1926), de Fritz Lang. Contando con la colaboración de uno de los mejores cámaras de altura de la historia del cine, el alemán Sepp Allgeier (que también dirigió documentales) y con el binomio formado por Leni Riefenstahl y Luis Trenker como protagonistas de algunas de sus mejores películas, Arnold Fanck se convirtió en uno de los padres del cine de montaña, sentando unas bases artísticas y técnicas que muchos directores han utilizado (y siguen utilizando) hoy en día. Su nivel de perfeccionismo y exigencia le llevó a alquilar un cine en mas de una ocasión, para poder proyectar con total libertad sus películas. Entre 1920 y 1938, Fanck dirigió veinte películas convirtiéndose en uno de los realizadores más prolíficos de la primera etapa del cine alemán.
