Es gratificante saber que cuando acaba la temporada de invierno, puedes estirarla cual chicle bazooka ya que solo dos meses después puedes seguir esquiando sin problemas y sin tener que cruzar el charco al hemisferio sur. No hay nada mejor que una o dos semanas de esquí de verano durante las vacaciones.
No me veo metido en una playa del mediterráneo saturada de gente y arena que se levanta con el viento llenándome el bocata de tortilla... niños corriendo y gritando, dificultades para poder llegar a entrar en el mar con tantísimo bañista....
Prefiero estar a 3.000 metros, fresquito en el hotel, levantarme pronto, muy pronto, desayunar y subir a pistas a las siete y media de la mañana. Los días son preciosos y si bien la nieve no es el powder de enero, hay sorpresas... Alguna vez me ha caído más de un palmo de nieve nueva por la noche y os puedo decir que es algo maravilloso.
A la una la nieve empieza a estar un poco blanda y es el gran momento del día... los chicos de competi empiezan a irse hacia el telecabina y bajar a sus hoteles... la estación se queda sola y tienes todo el ancho de pista para ti solo. Son dos horas a tope, en las que solo hace falta tener los esquís bien encerados y disfrutar a tope de la velocidad y amplitud de las partes altas del glaciar.
Bien programado, por la tarde se pueden hacer excursiones muy interesantes por los alrededores o simplemente hacer el lagarto en la piscina del hotel. ¿Esquí de verano? ¡Si, sin duda!
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