Estoy seguro de que si hiciésemos una encuesta a todos los esquiadores del mundo acerca de los esquís que han tenido o alquilado a lo largo de su vida, la gran mayoría responderían que en algún momento se han calzado unos Dynastar. Aparte de la gran variedad de esquís pensados más para el público “pistero”, la marca francesa también tiene una buena fama en cuanto al material apropiado para irse más allá de las pistas. Tras la exitosa serie Legend de hace unos pocos años, han llegado los Cham. Dynastar, cuyo campo base se encuentra en Chamonix, a los pies del Mont Blanc, no es de extrañar que aproveche su 50 aniversario para lanzar esta nueva serie.
Léo Slemett (© Dynastar Skis)
Mientras que este par de temporadas los modelos más grandes eran los Cham 107 y los Cham 127 (en relación a la anchura del patín), para la próxima temporada sale un nuevo modelo, en un punto intermedio, los Cham 117...
En febrero, coincidiendo con el GrandRide en Grandvalira, me dejaron probarlos durante una mañana. Nevando, poca visibilidad, pero guiados por gente local, fuimos encontrando rincones por los bosques de la estación.
La principal diferencia con sus “hermanos” de la temporada anterior, y que salta a la vista nada más cogerlos, es su ligereza. El núcleo de madera (Paulownia) quita peso, mientras que la construcción con láminas en sandwich le da ese punto de rigidez a la torsión tan característico de un esquí de freeride.
Primera impresión...menudas lanzas!!
Porque eso es lo que en realidad es. Con cotas de 147-117-127, y en dos únicas medidas (180 y 190), estamos ante un verdadero monstruo. Ya desde la primera bajada, te das cuenta de que no es un esquí para "pasear". Pide a gritos fuerza y velocidad.
En giros cortos, se notan las dimensiones. El rocker delantero (largo pero no muy pronunciado), así como la geometría del esquí (5 cotas), ayuda a pivotar más rápidamente, pero hay que estar fuerte para sacarle todo el rendimiento posible. Gran parte de la mañana que los probé, fue por dentro del bosque, ratoneando entre árboles. Especialmente al principio cuesta cogerle el punto, pero una vez se le coge, se pueden disfrutar de muy buenas bajadas. Sin embargo, le sigue faltando ese puntito extra de agilidad que quizás si tenía el antiguo Cham. Ahí va un pequeño vídeo...
Test Dynastar Cham 117 from Alvaro Robledano on Vimeo.
Por pistas, no es el tipo de esquí que desearíamos para un día de nieve de cañón. Tiene una ligera tendencia a "deslizar" en giros conducidos, por lo que no hay que bajar la guardia en ningún momento. Te obliga a ir bien equilibrado, y pendiente de lo que haces, algo que actualmente no es tan habitual como hace unos pocos años.
Eso sí, en cuanto se abre un poco el terreno y podemos "acelerarlo", es cuando este nuevo Cham saca todo su potencial. No le encontré un límite. Tampoco es que las condiciones que tuvimos ayudasen a ello, pero da la impresión de que puedes apretar con ellos hasta el infinito y más allá. En radios medios-largos por nieve sin tratar, destrozan todo a su paso. Es un esquí sólido, hard-charging que dicen los yankees. La nueva cola, más plana y con una geometría algo más tradicional, funciona a las mil maravillas y aporta una estabilidad increíble. La ligereza del núcleo de madera, apenas se nota a altas velocidades. Es como llevar un esquí de gigante pero con las ventajas de aligerar bastante el peso.
En el aire, siguen la misma tónica. Las recepciones, gracias al rocker y la anchísima espátula, son bastante cómodas. Ahora no me extraña ver en algunas competiciones a tíos de Dynastar (i.e. Reine Barkered) volar a tres millones de kilómetros por hora y aterrizar sin despeinarse.
Compartiendo opiniones tras las primeras bajadas...
La verdad, es que me gusta bastante este nuevo modelo. Desde Dynastar han "tapado" el agujero que había entre los 107 y los 127 de estas temporadas, llegando al punto que para mi es el ideal en estos esquís de Big Mountain. Además, este nuevo Cham apunta más hacia la dirección de la antigua serie Legend, lo cual para los amantes de los esquís de freeride "clásicos" es una delicia.
En definitiva, una fantástica novedad para el año que viene. Recalcar que es un esquí de freeride puro, potente y muy exigente. Pide velocidad y espacios abiertos, con la tranquilidad de poder ir a Mach 1.5 y no tener la sensación de ir descontrolado. En sitios más cerrados, algo más torpe que su predecesor...pero disfrutón a su vez en cuanto se le coge el truco. Y si ya nieva...no tiene nada que envidiar a esquís específicos de polvo.
Con suerte para la kedada en Baqueira de la próxima semana lo tienen en el test de esquís programado para el sábado. Y así podemos compartir opiniones por aquí...
Hasta la próxima!!
@AlvaroRobledano
