Un tópico muy extendido afirma que las estaciones de esquí necesitan del sector inmobiliario para ser rentables. Parece ser que eso forma ya parte del pasado, al menos en Estados Unidos, donde la venta de inmuebles aparenta influir poco en el rendimiento de muchas estaciones. Hoy traemos las cuentas del año pasado de Vail, una empresa que ha invertido – y sigue invirtiendo a buen ritmo - cientos de millones de dólares en el sector, aun en los peores años de la crisis.
Pero veamos algunas cifras, por cierto, de una de las temporadas con menos nieve de la historia en EEUU, la de 2012:
Mientras la división de “Mountain Operations” facturó el año pasado 766,6 Millones de dólares, la de inmobiliaria lo hizo por 47,2 millones. En 2011 fue similar: 752,2 millones de facturación en montaña frente a los 200,2 de la división inmobiliaria de la misma compañía. Las previsiones para 2013 son parecidas. Estiman unos ingresos de unos 250 millones en operaciones de montaña frente a 17 de “Real State”. Hemos omitido la división de alojamientos, que en las cuentas anuales aparecen unidas a la de operaciones de montaña, de modo que las cifras de facturación y beneficios brutos de la estación son, en realidad, más abultadas todavía frente a los resultados de las operaciones inmobiliarias.
¿Es Vail la única que no vive de vender apartamentos y chalés? No. En este artículo se citan otras muchas, como Alta, Arapahoe Basin, Wolf Creek, Mt Bachelor, Monarch o Mt Shasta, y basta con darse un paseo por los EEUU para descubrir decenas de estaciones que cuentan con un simple restaurante y un edificio en la base por toda construcción… Parece ser, en fin, que la simpe venta de tickets junto al negocio paralelo (y casi indispensable) de la escuela, el alquiler y el restaurante de pistas puede hacer rentable la explotación de remontes. En España ocurre igual, y hay unas cuantas estaciones que llevan años dando beneficios sin la necesidad de financiarse con la venta de inmuebles.
¿Demuestra esto algo? No; pero sirva para reflexionar cuando escuchemos el clásico lugar común de la necesidad de la especulación para rentabilizar estaciones de esquí y, de camino, para ver si estas cuentas de Vail pueden servirnos para sacar conclusiones positivas e ideas sobre cómo mejorar.
¡Buenas huellas!
Carolo © 2013