Diez años después, la eslovena Tina Maze celebró el aniversario de su primera victoria en Copa del Mundo repitiendo la gesta. En el gigante de Soelden, la pista que la vio triunfar por primera vez el 26 de octubre de 2002, volvió a subirse a lo más alto del podium. De paso, Maze también rompió la mala racha: llevaba un año y medio sin ganar una carrera. Aún cuando la anterior temporada fue segunda en la la General y subió diez veces al podio.
Es la tercera vez que Maze se lleva la clásica apertura de campaña en Soelden (también lo hizo en 2006), por lo que se une al mini récord de Hermann Meier, hasta ahora el único esquiador con tres títulos en el gigante de la estación austriaca. La eslovena cuajó este triunfo colgándose de una primera bajada impecable.
Los nuevos esquís de gigante piden más físico en los giros y ángulos más abiertos, y el glaciar de Rettenbach es una pista exigente: el famoso muro que marca la primera parte del trazado consiste en una sucesión de giros ajustadísimos de los que hay que salir con una inercia de velocidad que permita pasar lo más rápido posible el falso llano. Y ese fue exactamente el guión de Maze en la primera bajada: un gran estado de forma y las tablas que le dan sus 29 años para lidiar con las condiciones adversas de niebla.
"Fue una locura, un esquí durísimo. He puesto todo el cuerpo en la pista, y pese a que en la primera bajada tuve muy buenas sensaciones, la segunda fue una pelea. Pero estoy contenta de haber luchado con esa dureza, haber dado todo lo que he podido", declaró Maze después de la que ha considerado una de las carreras más difíciles en las que ha competido. No en vano, el glaciar alpino se cobró sus víctimas: Lindsey Vonn, Tina Weirather, Nadia Fanchini, Simona Hoesl y Federica Brignone no terminaron la segunda bajada.
Y, lo que es más determinante para la victoria de Maze, también cayeron la segunda y tercera mejor clasificada en la primera manga: la campeona olímpica alemana Victoria Rebesburg y la gran promesa gala Tessa Worley. De las que sí llegaron abajo, la que mejores sensaciones dejó fue la austriaca Kathrin Zettel (en la imagen), que completó una segunda bajada con tintes épicos entre la niebla y los vítores de su público local. Fluida, explosiva, atrevida, Zettel le recortó más de un segundo al colchón de décimas de Maze, que pudo permitirse una segunda manga conservadora gracias a su excelente crono en la primera.
Soelden también deja buenas sensaciones para el equipo austriaco. Zettel (segunda) y Stefanie Koehle (tercera) no solo hicieron podio, sino que dejaron buenas sensaciones con sus bajadas. Y Anna Fenninger (quinta) volvió a hacer gala de su mejor virtud: la regularidad. Si le añade un punto de atrevimiento a su esquí, la joven austriaca podrá dar el salto cualitativo que se espera de ella: convertirse en nueva referencia de las féminas austriacas, que con Marlies Schild y Lizzy Goergl llegadas a la treintena, van necesitando una renovación generacional.
Pero, sobre todo, de Soelden hay que quedarse con el golpe de mano de Tina Maze. Una esquiadora que va ganando con los años. Necesita una marcha más que la temporada pasada más para tutear a Lindsey Vonn... y de momento ya la ha metido.