"Foqueando" en el límite

"Foqueando" en el límite
"El Manto" es el lugar. Al menos, así le dicen todos. Y para eso hay que ir a Chile... sin entrar a Chile. Queríamos nieve y libertad, amistad, una bajada soñada, y ahí sabíamos que lo íbamos a encontrar.

"El Manto" es el lugar. Al menos, así le dicen todos. Y para eso hay que ir a Chile... sin entrar a Chile. Queríamos nieve y libertad, amistad, una bajada soñada, y ahí sabíamos que lo íbamos a encontrar. Con el "viejo amigo inglés", noble compañero de aventuras, partimos temprano.

Desde Mendoza cruzamos el tunel internacional Cristo Redentor, que nos adentra en territorio chileno ya a mitad de su recorrido. Inmediatamente salir, comenzamos el ascenso. Aduana y migraciones del vecino país están pocos kilómetros más allá, así que son trámites que, por suerte, no hace falta realizar.

Pato (al fondo) y Nino (el que toma la selfie), los dos amigos montañeses hasta la médula con quienes empredíamos la aventura estaban tan felices como yo. ¿Cuán cerca del túnel internacional empezamos?: En la foto de arriba se ve el lateral de la salida.

El recorrido es como un regreso a territorio argentino. Desde la cumbre que alcanzamos se ven emblemas de Los Andes argentinos como el Aconcagua y el Tolosa, y la villa fronteriza de Las Cuevas, por citar ejemplos.

La nieve que se encuentra es de una calidad y cantidad espectacular. Polvo en muchas ocaciones. Hermoso lugar, sin riesgo de avalanchas desde la pared Sur, pero teniendo que extremar precauciones si se transita por las paredes Norte y Este. Respeto por la montaña, como debe tenerse cada vez que se sale a la inmensidad de los cerros vírgenes.

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Elijo fotos de la soledad y la inmensidad de la montaña. Pero no fue "sólo para nosotros". Encontramos mucha gente disfrutando de los mismos placeres. Muchos traveseros foqueando. Otros con esquíes a la mochila y raquetas de nieve para alcanzar las alturas deseadas desde donde emprender la bajada esperada. ¡Y hasta un esquiador con un kite!.

También hay numerosas cascadas congeladas. En estas altitudes, las temperaturas ayudan, siempre. Y no fueron pocos los que encontramos practicando escalada en hielo.

La altitud máxima que alcanzamos estuvo entre los 3600 y 3700 msnm. El horario había sido cuidadosamente calculado para que al bajar, la calidad de la nieve fuera perfecta. Desde ahí, la bajada fue fantástica. Terreno abierto, buena nieve... qué más se puede pedir. Sabrán disculpar los que lean esto la falta de imágenes de esa bajada. Siendo sinceros, nadie quiso interrumpir el descenso para sacar fotos.

El día fue a pleno sol, apenas algo de viento arriba, pero como ya dije, condiciones generales fantásticas, un día increíble.

Después, ya cayendo la tarde llegó el momento de desandar camino, con el recuerdo de haber disfrutado una experiencia increíble.

 

Taller de esquí José Villanueva  El Viejo Manzano Rando Andino

 

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Sin título

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1 Comentarios Escribe tu comentario

  • #1
    Fecha comentario:
    21/08/2018 10:16
    #1
    Fantástica aventura, enhorabuena :) :+:

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    • Gracias!

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