No es que tenga la opinión de que los Yari sean los mejores esquís de freeride, es que están fabricados para mis necesidades y adaptados para esquiar en polvo como yo quiero, lo que los convierte en los mejores esquís de freeride que puedo usar a día de hoy.
Control en condiciones irregulares, con visibilidad o sin ella.
Los Yari están fabricados con un núcleo que combina distintas maderas y varias capas de fibra de carbono, como todos los Blueberry, buscando una distribución de rigidez muy alta en casi todo el esquí, un poco más atenuada en las puntas, con el objetivo de iniciar la flotación en polvo a menos velocidad.
Sus cotas son 131-110-121 y tienen un perfil full rocker que le dan una flotabilidad muy buena incluso a baja velocidad en el powder más suelto. El rocker también hace que pivotar sea muy sencillo, lo cual unido a su ligereza permite hacer giros cortos o por salto en las zonas más comprometidas sin problema.
Una de las características que los hacen especiales es que tienen el perfil de rocker simétrico al sidecut. Esto hace que el esquí este "preflexado" para hacer un giro perfecto en nieve polvo. Donde los esquís con camber sufren ya que no siempre se pueden pisar sin que ceda la nieve de debajo, con los Yari solo tienes que angular y tener velocidad suficiente para poder carvear por la nieve virgen como si fueras por una pista con unos SL.
La toma de contacto con un esquí personalizado es especial. Reconozco que el primer día fui con cuidado, sin fiarme por completo de lo que tenía bajo los pies. Fui acostumbrandome poco a poco, pero cuanto más le pedía más me daba y la confianza iba en aumento. Después de un par de días ya me encontraba plenamente seguro y cualquier línea, por complicada que fuera me parecía posible. Tras 6 días de esquí, los llevé al Pico Agujas sin estar en las mejores condiciones y salí bastante airoso, a pesar de que era un reto mental importante para mi.
El comportamiento en nieve polvo es simplemente sublime. Me han permitido ir más rápido que con cualquier otro esquí, en zonas que no estaban totalmente despejadas y había que controlar mucho los giros, a riesgo de acabar estampado contra un pino. Cuando entras en un giro largo de powder, igual que en un giro de gigante por pista, y te llevan flotando hacia arriba pidiendo el siguiente giro es una sensación indescriptible.
Pero no todo es powder a saco! Incluso en esos días de nieve polvo a saco a veces hay que volver por la pista a la silla. Lo cierto es que los Yari siguen sorprendiendo, su ligereza, junto con el rocker hace que sea sencillo y no demasiado cansado moverlos rápidamente y hacer giros cortos con ellos. No son unos esquís para ganar un SL, pero os aseguro que si me "equivoco" y los llevo un día sin polvo para estar por las pistas, no me voy a aburrir.
En conclusión, los Blueberry Yari son mis esquís definitivos para freeride. Nunca me he sentido tan cómodo y me lo he pasado tan bien en el powder como con estos esquís. Sumando que en el resto de condiciones también funcionan perfectamente, sólo puedo dar las gracias a Marcos de Blueberry skis por su pasión y por hacer un producto tan bueno.
Os dejo el vídeo para que veáis todo esto y más.